
Historia
Historia de Miguelturra
1 - Antes de que existiera
1 - 1 - Introducción
1 - 2 - Era Primaria
1 - 3 - Era Secundaria
1 - 4 - Era Terciaria
1 - 5 - Era Cuaternaria
1 - 6 - Rutas Volcanes
1 - 7 - Bibliografía
Apuntes sobre las características fisiográficas del municipio de Miguelturra
Autores: Elena González Cárdenas
Rafael Ubaldo Gosalvez Rey
Gráficos y fotografías de los autores
Fuente: Miguelturra en red, número 2
1 - 1 - Introducción
Los orígenes de Miguelturra como asentamiento humano y su evolución a lo largo de la historia es el tema central de un nuevo número de "Miguelturra en red", siendo la pretensión de este artículo dar unas pinceladas acerca de cómo era, y es, el territorio sobre el que se asienta esta población y sus habitantes antes de que éstos decidieran establecerse permanentemente en él.
Antes de empezar, no podemos dejar de mencionar que nos encontramos en un momento histórico en el que la capacidad de transformar la realidad física por parte del hombre ha alcanzado límites inimaginados, hasta tal punto que numerosos científicos consideran que, a partir de la revolución industrial, hemos pasado a un nuevo periodo geológico dentro de la era Cuaternaria, el Antropoceno, caracterizado por la importancia del hombre como agente perturbador de los sistemas naturales. Es oportuno, por lo tanto, parar un momento, sentarnos y reflexionar sobre nuestro pasado, sobre nuestro presente y sobre el futuro hacia el que caminamos como sociedad. Y esto es lo que modestamente pretendemos exponer en estas páginas, en nuestro caso haciendo más hincapié en ese largo y desconocido pasado anterior al hombre y ceñidos en el marco espacial del término municipal de Miguelturra.
El relieve, como expresión geométrica de la superficie terrestre, fruto de la interacción de diferentes procesos geológicos y geomorfológicos ocurridos a través de la historia de la tierra, es el componente del medio natural posiblemente más importante, condicionando a todos los demás (suelos, vegetación, fauna, actividad humana, etc.). Por ello, nos centraremos en él a la hora de hablar del «antes de que Miguelturra existiera». Hay que comenzar localizando en el espacio geográfico el término municipal de Miguelturra. éste se encuadra en el borde oriental de la unidad natural del Campo de Calatrava, que se inscribe a su vez dentro de la Meseta Sur, área de transición entre dos mundos distintos geológicamente hablando, en función de la naturaleza de sus materiales: el silíceo y el calizo. A ello se suma un elemento propio, que le otorga una extraordinaria originalidad: el vulcanismo. La Meseta Sur forma parte, a su vez, de lo que los geólogos han venido a denominar Basamento, Macizo o Zócalo Hespérico, Hercínico o Herciniano Ibérico, es decir, los terrenos más antiguos de la Península Ibérica.
1 - 2 - Era Primaria
Llegados a este punto es oportuno recordar que, desde el punto de vista temporal, la historia de la tierra se ha dividido en cinco grandes eras, tal y como queda reflejado en la tabla 1. Pues bien, los materiales más antiguos que afloran a la superficie en Miguelturra corresponden a los situados en la Sierra de San Isidro y Las Cañadas, que están datados en la Era Primaria o Paleozoica, en concreto dentro del periodo Ordovícico (unos 350 millones de años), momento en el que se produce la acumulación de abundantes materiales, principalmente arenas y arcillas, en ambientes sedimentarios, bien de carácter transgresivo (los océanos avanzan sobre los continentes), bien de carácter regresivo (los océanos retroceden con respecto a los continentes). Estos materiales son plegados en la orogenia hercínica (240 millones de años), dando lugar a las grandes estructuras onduladas y fracturadas de carácter regional, caracterizadas por la alternancia de anticlinorios (dominancia de pliegues convexos) y sinclinorios (dominancia de pliegues cóncavos).
Era Primaria
En profundas cuencas sedimentarias, las arenas y pizarras se transforman (procesos de diagénesis), dando lugar a litologías dominadas por las cuarcitas y pizarras de edad Tremadoc y Arenig. La potencia (grosor) de estas rocas es muy variable, alcanzando valores de entre 800/1.000 m. Por encima, encontramos las cuarcitas armoricanas, de tonos blanquecinos, con espesores de 200/300 m y cuya apariencia externa son crestas de barras rocosas, siendo las responsables de las mayores elevaciones de la zona (Las Cañadas). En todas ellas es frecuente la aparición de restos de icnofauna (Skolithos, Daedalus, Cruziana y Dictyodora).
1 - 3 - Era Secundaria
Durante la Era Secundaria o Mesozoica, las fracturas generadas en la orogenia hercínica se reactivan en régimen distensivo, dando lugar a fosas que comienzan a rellenarse por sedimentos continentales de abanicos aluviales y depósitos fluviales, que evolucionan con posterioridad a sedimentos marinos someros, como consecuencia de una nueva fase de transgresión marina, dando lugar a una plataforma somera carbonatada. Los materiales y morfologías que se generan son los que aparecen en el Campo de Montiel y bajo la cobertura terciaria manchega, existiendo una laguna estratigráfica durante esta Era en el municipio de Miguelturra.
Edad | Litología | Estructuras | Relieve | Altitud | Localización |
Era Arcaica (unos 4000 m.a.) | Sin registro | Sin registro | Sin registro | Sin registro | Sin registro |
OROGENIA CALEDONIANA (unos 500 m.a.) | |||||
Era Primaria(Ordovícico: 350 m.a.) | Cuarcitas | Grandes estructuras plegadas | Cerros y sierras 640-700 metros | Sierra de Las Cañadas | Sierra de San Isidro |
OROGENIA HERCINIANA (unos 250 m.a.) | |||||
Era Secundaria (unos 200 m.a.) | Sin registro | Sin registro | Sin registro | Sin registro | Sin registro |
OROGENIA ALPINA (unos 60 m.a.) | |||||
Era Terciaria (Plioceno Superior 3 m.a.) | Calizas | Plataforma subhorizontal | Llanura | 620-640 metros | Llanos de Miguelturra |
Plio-pleistoceno(5-1 m.a.) | Piroclastos Oleadas | Construcción Destrucción | Conos Costas Maares | 640-687 metros | Cerros del Algibe Hoya de Pedro Tejedor |
Era Cuaternaria (2 m.a - época actual) | Derrubios de ladera | Inclinada | Glacis Dolinas | Variable | Laderas y piedemontes serranos |
INTRODUCIR TABLA DE ERA SECUNDARIA
******** FALTA POR HACER *******
1 - 4 - Era Terciaria
Un nuevo ciclo orogénico, fruto del choque de la placa africana con la europea, tiene lugar al final de la Era Secundaria (hace unos 60 millones de años), siendo conocido con la denominación de Orogenia Alpina. El empuje entre las dos placas produce un rejuvenecimiento de los relieves paleozoicos y una deformación de las plataformas continentales preexistentes, generándose nuevas cuencas continentales que se rellenan durante las etapas finales del Terciario o Cenozoico (periodo Mioceno y Plioceno). El origen de estas cuencas está en relación con la reactivación de fallas profundas del Zócalo o Macizo Ibérico y con la creación de otras nuevas, que las hunden en determinados sectores.
La llanura que rodea a Miguelturra y que se extiende sin solución de continuidad hacia el este, tiene su génesis en el relleno, precisamente, de una cuenca sedimentaria. Los materiales que van colmatando esta cuenca corresponden en un primer momento a fangos y arenas del periodo Plioceno Superior (con un espesor de 5/6 m), cuya génesis se atribuye a facies distales de abanicos aluviales, sobre las que se instalarían canales fluviales. Posteriormente, se produce la acumulación de calizas y margas con un espesor medio de unos 60 m, las cuales se deben corresponder con ambientes sedimentarios lacustres generalizados. Es en este momento cuando comienzan a desarrollarse los procesos volcánicos que caracterizan al Campo de Calatrava y de los cuales participa el territorio sobre el que se asienta Miguelturra. Las calizas pliocenas presentan en la actualidad una intensa karstificación, debido a la acción del agua, que da lugar a la formación de dolinas de dimensiones hectométricas distribuidas por todo el término municipal.
Era Terciaria
Las huellas del vulcanismo en Miguelturra
La existencia de actividad volcánica en el centro de la provincia de Ciudad Real se conoce desde mediados del siglo XIX, gracias a los trabajos de Maestre (1836 y 1844) y de Ezquerra del Bayo (1844). Pero será F. Hernández Pacheco en 1932, el que proporcione la primera visión de conjunto de esta región volcánica, que él bautizará con el nombre de los Campos de Calatrava o Región Volcánica Central Española.
Todos los investigadores que han trabajado en este tema están de acuerdo en atribuir la génesis del mismo a la formación de las Cordilleras Béticas, aunque no hay consenso acerca del mecanismo concreto que lo produjo. Algunos autores lo atribuyen a la presencia de un punto caliente asociado a procesos de elevación cortical y posiblemente de "rifting" abortado (apertura de una dorsal). Otros lo consideran vinculado a procesos de deformación de la corteza relacionados con el emplazamiento de las unidades subbéticas durante el Mioceno superior, lo que se traduciría en la aparición de una protuberancia cortical en la Meseta Sur, que justificaría el ascenso de la astenosfera y la salida de magma a la superficie. Finalmente, otros autores descartan un origen extensional o de "rifting" abortado y proponen un proceso flexural de la litosfera en régimen compresivo débil, mediante el cual el manto ascendería, fundiendo parcialmente y liberando magmas.
Cuatro son las etapas que en la actualidad se pueden llegar a distinguir en el vulcanismo calatravo, siendo las más importantes la segunda y la tercera, al ser las responsables de la creación de los conjuntos de volcanes más destacables, tanto por variedad y cantidad de materiales emitidos como por las morfologías y paisajes creados : Las formas que introduce el vulcanismo en la parte central de la provincia de Ciudad Real son las que otorgan a la misma una personalidad y originalidad propia, y diferenciada de espacios aledaños con características similares (Los Montes, Sierra Morena y Campo de Mudela), lo que ha llevado a algunos autores a identificarla como una comarca o unidad natural propia, la del Campo de Calatrava, al margen de las connotaciones históricas (Orden de Calatrava) que también están presentes. En este contexto, la morfología volcánica rompe la continuidad de las formas de origen estructural (anticlinales y sinclinales paleozoicos) y de las superficies de erosióndepósito (cuencas sedimentarias terciarias), lo que ha llamado la atención de los habitantes de esta comarca, tal y como lo demuestra la variada toponimia asociada a las formas volcánicas: "negrizales", "sernas", "navas", "hoyas", "cerros", "cabezos" o "castillejos", entre otros.
Los mecanismos eruptivos han sido de dos tipos: efusivos y explosivos (estrombolianos e hidromagmáticos), representando éstos últimos el 80% de las manifestaciones volcánicas identificadas. Dentro del término municipal de Miguelturra sólo encontramos erupciones explosivas, que han dado lugar a dos tipos de formas básicas: conos piroclásticos ("cabezos y cerros") y maares ("hoyas"). Con frecuencia, los edificios es trombolianos aparecen asociados a los hidromagmáticos, denotando procesos eruptivos complejos. Entre los primeros hay que destacar: Cabezo Jimeno: Se localiza al SW, limitando con el municipio de Ciudad Real, tratándose de un cono piroclástico en el que abundan los productos escoriáceos, bombas, lapillis y cenizas.
Cabezo del Aljibe: Situado en la parte meridional del término de Miguelturra, es otro cono piroclástico, formado por escorias y piroclastos.
Cabezo de la Serna: Pequeño cerro volcánico de escorias y bombas, situado inmediatamente al SW del casco urbano de Miguelturra y al que se encuentran asociado otros afloramientos volcánicos más pequeños y amplias zonas cubiertas de cenizas.
Volcán de la Sierra de Lucía o Las Cañadas: Localizado al sur de dicha sierra, se trata de un edifico troncocónico originado por la acumulación de materiales escoriáceos (piroclastos de caída). Adosado a él, se encuentra un maar u hoya, lo que revela una historia eruptiva compleja.
En cuanto a las hoyas o maares, se trata de formas de destrucción generadas al entrar en contacto el magma que asciende hacia la superficie con agua ajena al sistema volcánico (freática, superficial o meteórica), lo que origina eventos explosivos muy violentos por la vaporización brusca del agua a expensas de la energía térmica contenida en el magma. Este tipo de erupciones son las que dominan en Miguelturra, al igual que sucede en el Campo de Calatrava, concentrándose todas ellas en la parte meridional del termino municipal, presentándose con una disposición casi ortogonal, siguiendo las direcciones principales de la tectónica herciniana. Nos estamos refiriendo a la Hoya de Pedro Tejedor y a la sucesión lineal de 7-8 cráteres u hoyas (Cuarto Pavón, Las Casillas y Obizo) por las que discurre la carretera de Miguelturra a Pozuelo de Calatrava. A ellas se unen, aunque ya en el término de Pozuelo de Calatrava, el conocido maar de la Celadilla, antigua laguna (hoy tristemente desecada), albergada en el fondo de un maar de grandes dimensiones (600 x 1.000 m).
Huellas del vulcanismo
1 - 5 - Era Cuaternaria
La transición entre el Terciario y Cuaternario, además de por el vulcanismo, se caracteriza por la aparición de encostramientos calcáreos en superficie, de diferente espesor y desarrollo, que ocultan las calizas y margas pliocenas. La formación de estas costras, ampliamente extendidas por todo el territorio, se atribuye a una intensa deforestación y posterior erosión de los horizontes superficiales del suelo, lo que provocó que los horizontes más profundos emergieran a la superficie. A partir de aquí, y favorecidos por la alternancia de ciclos húmedos y secos en un ambiente climático semiárido, se generaron estas costras calcáreas.
Los últimos elementos geológicos a reseñar en el municipio de Miguelturra son los coluviones o depósitos que tapizan las laderas de la Sierra de San Isidro y de la Sierra de Las Cañadas, los cuales se relacionan, según investigaciones recientes, con procesos de gelifluxión en ambientes climáticos periglaciares durante el Holoceno. Estas mismas investigaciones han demostrado que estos depósitos de ladera se corresponden en realidad con un manto meteorizado y desplazado en masa ladera abajo. En ese movimiento ladera abajo se habría producido la deformación y fragmentación de las capas más dura de las cuarcitas, las cuales se han incorporado como fracción gruesa a la masa areniscosa-arcillosa de matriz fina original.
Era Cuaternaria
1 - 6 - Rutas Volcanes
Partiendo de Ciudad Real, hacia el sur, por la carretera 420, en dirección a Puertollano, una vez que hemos pasado por el portillo de Peñalagua, en la Sierra de Los Castillejos, entramos en la cuenca sinclinal de Corral-Poblete. Estos llanos, recorridos en su centro por el río Jabalón, que abre su valle entre las sierras paleozoicas y los sedimentos miocénicos, dan cobijo a un importante número de volcanes desarrollados en erupciones efusivas y explosivas. La actividad en este espacio se remonta al terciario, siendo también muy intensa en el Pleistoceno. Llegados al municipio de Poblete, tomamos la carretera que lleva a la antigua estación de Ferrocarril y entraremos en el interesante campo de volcanes de El Pardillo. Al inicio de la ruta se encuentra el volcán del Cabezo del Rey, formado por un cono de piroclastos que está coronado por un domo colada y por depósitos procedentes de la emisión de las fumarolas que marcaron el final de las erupciones. A sus pies se abren dos amplias depresiones explosivas: los maares de El Pardillo y El Mortero, este último, recientemente declarado (de nuevo de forma aislada y sin reparar en el valor paisajístico y científico del conjunto de los edificios que se sitúan en sus inmediaciones)
Rutas Volcanes
En las canteras abiertas para la extracción de material y en las trincheras de la línea del AVE, se aprecian las características de los depósitos de oleadas piroclásticas de estos dos cráteres freatomagmáticos. Al sur y al este del Pardillo se desarrolla el grupo de volcanes de ZurriagaCiruelaLa Puebla, que merece un recorrido exclusivo. Desde Poblete, y en dirección a Puertollano, se atraviesan los amplios maares de Los Espejuelos, en cuyos anillos de tobas, podemos observar magníficos ejemplos de depósitos de oleada piroclásticas secas, con formas de fondo sand wave y la presencia de grandes bloques y bombas. Descendiendo hacia el valle del Jabalón, en el paraje de La Torrecilla, debemos hacer una parada para visitar el afloramiento del volcán fosilizado por las calizas que forman el relleno de la cuenca. En los restos de este edificio volcánico se aprecian la intercalación de piroclastos de caída con depósitos freatomagmáticos, todos ellos afectados por palagonitización. La presencia de conductos de fumarolas es muy común en este afloramiento. Antes de cruzar el río por Puente Morena, a la derecha, bordeando la orilla, o por el camino de la explotación minera, puede llegarse al Cabezo Segura, interesante edificio volcánico constituido por dos conos yuxtapuestos, generados en erupciones simultaneas (Poblete, 1994). En estas erupciones se alternan las fases en las que se emiten coladas poco fluidas y con potencias que superan los 20 m, junto a piroclastos de caída, con otras en las que las coladas son más fluidas y tienen un mayor recorrido, quedando colgadas sobre el valle del Jabalón. Entre estas fases estrombolianas se intercalan erupciones freatomagmáticas cuyas oleadas se superponen a los piroclastos de caída de color oscuro. Al haber canteras abiertas en este volcán, la visita debe llevarse a cabo con precaución, sobre todo si vanos acompañados de niños. Esta advertencia es válida para todos los volcanes afectados por procesos de laboreo minero.
Al otro lado de la carretera, se alza el volcán de Cabeza Parda, que al igual que el Cabezo Segura, se encuentra sometido a un intenso proceso de destrucción. La sistemática concesión de permisos de explotación en los volcanes del Campo de Calatrava, está afectando a un número muy alto de edificios, llegando a estados muy avanzados de destrucción. Así: Cabezo Segura, Cabeza Parda, Yezosa, Cerro Gordo, La Atalaya, La Halconera, la Fuente del Arzollar y otros de los más emblemáticos volcanes de la región, han sido explotados hasta acabar con formas cuya reconstrucción es imposible. Las tímidas medidas de protección de la Junta de Comunidades, son más una forma de eludir responsabilidades ante la ancestral dejadez de la administración, que un intento serio de proteger un paisaje único e irrepetible; algo que sucede no sólo en CastillaLa Mancha, sino en buena parte de la península.
Siguiendo hacia el sur, en el cruce con la carretera de Cañada de Calatrava, tomamos esta nueva ruta para visitar los volcanes del Negrizal, La Atalaya, La Halconera, Villafranca y La Puebla. Estos conos de piroclastos se levantan sobre las fracturas que hunden la fosa de Ballesteros.
Al llegar al cruce de la carretera de Aldea del Rey, se toma la dirección de Ciudad Real y una vez cruzado el puente sobre el río Jabalón, a mano izquierda se encuentra el caserío de La Puebla, donde se levanta el volcán del mismo nombre, conocido también por El Cominal. Este volcán ha sido utilizado para uso residencial, habiéndose repoblado con especies no autóctonas, lo que ha alterado su fisonomía e impide su visita, pero también le ha preservado de la destrucción. Pese a esto, en su vertiente sur se pueden observar las coladas que pusieron fin a la erupción, con bolas de acrección desprendidas de su potente frente.
A penas a dos kilómetros del caserío de La Puebla, se encuentra el de Ciruela, al que se accede a través de un camino rural. Desde aquí se pueden recorrer los volcanes explosivos de Cantagallos y Longueras, cuyas dimensiones superan los 1.000 m. de eje en el fondo de los cráteres. En el borde este del cráter de Longueras se levanta el volcán de Las Moreras que se alinea, en una fisura eruptiva de más de 15 kilómetros de longitud, con los del complejo de Ciruela y con el volcán de Zurriaga. Un recorrido a pie por la zona permite captar las características geomorfológicas de estos volcanes. En el volcán de Ciruela, se destaca la presencia de una chimenea exhumada que constituye un impresionante peñón que se destaca sobre la planitud del llano que lo circunda.
1 - 7 - Bibliografía
GARCÍA RAYEGO, J. L. Y GONZÁLEZ CÁRDENAS, M. (Coord.), Elementos del medio natural en la provincia de Ciudad Real: libro guía de las excursiones de las XII Jornadas de Campo de Geografía Física. Universidad de Castilla-La Mancha. Cuenca, 1997.
GONZÁLEZ CÁRDENAS, MARÍA ELENA, Aspectos geomorfológicos del volcanismo hidromagmático del Campo de Calatrava, Ciudad Real. En: Estudios de Geomorfología en España. 1992: 569-583.
GOSÁLVEZ REY, R.U. Y MORALES PÉREZ, M., Un ejemplo de islas continentales biogeográficas: los afloramientos silíceos en la zona de transición del Campo de Calatrava llanura manchega. En: XVI Congreso de Geógrafos Españoles: "El territorio y su imagen". Málaga, 1999.
HERNÁNDEZ PACHECO, FRANCISCO, Estudio de la región volcánica central de España. Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Madrid, 1932.
POBLETE PIEDRABUENA, MIGUEL ÁNGEL, El relieve volcánico del Campo de Calatrava (Ciudad Real). Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Universidad de Oviedo, Departamento de Geografía. Oviedo, 1994.
2 - Batalla de Malas Tardes
2 - 1 - Introducción
2 - 2 - Nobleza
2 - 3 - Vida cotidiana
2 - 4 - Antecedentes
2 - 5 - La batalla de Malas Tardes
2 - 6 - Armas
2 - 7 - Bibliografía
La Batalla de Malas Tardes. 1328
Autores: José Ramón González Fernández
Esmeralda Muñoz Sánchez
Fotografías de archivo
Fuente: Miguelturra en red, número 1
2 - 1 - Introducción
Malas Tardes fue una escaramuza más que batalla-, de las muchas que se produjeron durante aquellos años de enfrentamiento, en el siglo XIV, entre el poder de las órdenes Militares y el Poder Real de la vecina Villa Real.
La Edad Media comprende aproximadamente once siglos, a lo largo de los cuales la sociedad europea experimentó una notable renovación económica, social, religiosa y cultural. Tradicionalmente se habla de la existencia de una sociedad compartimentada, estamental, donde señores, clérigos y campesinos tenían delimitadas sus funciones. Así los señores gozaban de una amplia base de privilegios, teniendo la obligación de defender a sus vasallos y siervos, es decir, el trabajo de la guerra, mientras que el culto, la cura de almas, sería función de la Iglesia, una institución que supondrá a la vez un auténtico poder temporal en competencia con el poder de los Reyes y grandes señores feudales; finalmente, el campesinado, constituido por la inmensa mayoría de la población, tenía la obligación de explotar y trabajar las tierras de reyes y señores con diversos grados de restricción en sus libertades, bien como hombres libres, bien como siervos o como colonos.
La batalla de Malas Tardes aconteció en la primera mitad del siglo XIV, etapa de profundos cambios en el Reino de Castilla y León, que unificado en la figura de Fernando III El Santo (1217-1246) y con prácticamente toda Andalucía Reconquistada, será el escenario de frecuentes conflictos entre miembros de la alta nobleza castellana en disputa por mayor cuota de poder-, cuyas consecuencias recaerían posteriormente en el campesinado, viendo reprimidas aún más sus libertades y condiciones de vida; serán objeto de continuos saqueos, destrucciones y pillajes.
Los momentos de mayor tensión tuvieron lugar durante las minorías de edad de Fernando IV (1295-1312) y Alfonso XI (1312-1350), por lo que la inestabilidad política y las permanentes luchas y guerras civiles encubiertas en Castilla, serán la tónica general durante este período.
Las crónicas de estos reyes, así como las Actas de Cortes y hasta los poemas de la época, hablan de una Castilla que padecía pestes, malas cosechas, despoblamiento y pobreza, pero lo más importante fue la ruptura definitiva del sistema de equilibrios entre la Nobleza, situada muy cerca del poder, y la Corona, pese a que la Corona castellana durante el siglo XIII había ampliado su territorio en un 40% y contaba con una población estimada en 5.000.000 de habitantes, mayoritariamente cristianos puesto que los de credo islámico se habían trasladado al reino Nazarí de Granada, mientras que la población judía permanecerá en el territorio castellano, especialmente en las villas urbanas más activas, hasta su expulsión en el siglo XV.
2 - 2 - Nobleza
Durante la Baja Edad Media la Nobleza Castellana había aumentado su poder. Su entrega en la Reconquista les reportó notables beneficios en el posterior reparto de Andalucía. No obstante muchos nobles no compensaron sus pérdidas en guerra con las tierras recibidas, sí a ello le sumamos la paralización de las cosechas en período de guerra y la falta de mano de obra para repoblar y trabajar las nuevas tierras, el resultado es el de unas pérdidas económicas notables. Pérdidas que recaerán sobre el campesinado, que ha de soportar un aumento de los precios, y una reacción nobiliaria acorde con su mentalidad feudal, consistente en el empleo de la fuerza a fin de imponer al campesinado pagos y servicios nuevos o restaurar obligaciones en desuso, equiparables a lo que los campesinos llamaban malos usos.
Pero la nobleza también utilizó otra vía para resarcirse de sus pérdidas, la de presionar a una monarquía que atravesaba una preocupante etapa de debilidad, con las minorías de edad de Fernando IV y su hijo Alfonso XI, intentando conseguir mercedes y mayores rentas.
La muerte de Fernando IV, en 1312, dejando a un heredero de tan sólo un año de edad, abrió un nuevo período de anarquía y guerra civil en Castilla. La tutoría del nuevo rey, Alfonso XI (1312-1350) fue ejercida por María de Molina, su abuela y viuda de Sancho IV, quien tuvo que afrontar nuevos conflictos civiles, la mayoría de ellos encabezados por la facción opuesta de la propia madre de Alfonso XI, la joven reina Constanza de Portugal, quien apoyándose en la Alta Nobleza, pugnó por la tutela del joven rey con María de Molina, ésta a su vez, apoyada por el pueblo. María de Molina murió en 1321, lo que abrió una nueva crisis, ya que al frente del Reino Castellano se situaron tres regentes: Don Felipe, Don Juan, El Tuerto, y Don Juan Manuel, hasta que en 1325, una vez que Alfonso XI, alcanza su mayoría de edad, el nuevo rey sofocó las ansias de poder de la nobleza y restableció un cierto orden con el apoyo de burgueses, pequeña nobleza y comerciantes.
No obstante tuvo que hacer frente a otros conflictos, como el de Malas Tardes. Pero el balance de su reino se puede resumir en varios puntos: disminuyó la autonomía municipal dando mayor cota de poder a la pequeña nobleza; impulsó la base económica ganadera de Castilla, introduciendo la oveja merina, de gran importancia para la economía castellana por su exportación hacia Flandes e Inglaterra; y reemprendió la lucha contra los musulmanes. Sus últimos años de reinado estuvieron marcados por la peste negra que asoló Castilla entre 1348 y 1350, con la que probablemente encontró la muerte.
2 - 3 - Vida cotidiana
Fieles al lema benedictino "ora et labora", los campesinos trabajaban, los clérigos oraban y los señores y caballeros guerreaban. Sin duda la gran masa de campesinos, mayoritaria dentro de la sociedad feudal, tenía la obligación del trabajo de la tierra, así en las Partidas de Alfonso X los definían como "(...) los que labran la tierra et facen en ella aquellas cosas por que los homes han de vevir et de mantenerse". El modus vivendi de los campesinos de la Orden de Calatrava y de Villa Real no diferiría de esta descripción.
Durante el siglo XIV el campesino "manchego" estaba caracterizado por ser un campesino poseedor de tierras, ya que la mayoría eran colonos llegados a esta zona desde tierras norteñas para repoblarla. La figura del campesino jornalero será posterior. Destacaba en La Mancha la figura del quintero, el que recibía la quinta parte de aquello que cosechaba, correspondiendo el resto al dueño de las tierras. En general, se trataba de un campesino no libre, es decir, sometido a vasallaje o servidumbre, que pagaba su rentas señoriales en trabajo o en especie, pero que también disfrutaba de la disposición de tierras y espacios comunales para el pasto del ganado para obtener leña, molinos, lagares, etcétera.
Por su parte, los Señores laicos tenían poca representación en estas tierras a inicios del siglo XIV, ya que la presencia de los Señores religiosos, tanto de las órdenes Militares con fuerte presencia en La Mancha-, como de los señoríos del Arzobispado de Toledo, aposentaban sus feudos en estos campos, con usos y costumbres acordes a su mentalidad feudal y estamento.
MIGUELTURRA VERSUS VILLARREAL
En el periodo de Crisis institucional que vive Castilla en las primeras décadas del siglo XIV, durante la minoría de edad de Alfonso XI, donde desde los Infantes regentes por un lado, a los miembros de la nobleza, por otro, incluyendo maestres y demás dignidades de las Ordenes Militares, se dedican a la conspiración permanente, a llevar a cabo incursiones a territorios cristianos y a lapidar el patrimonio regio, tiene lugar el denominado "Episodio de Malas Tardes", uno más de los muchos incidentes que se producirán entre 1310 y 1332, periodo que va desde la muerte de Fernando IV de Castilla, a la Coronación en Burgos de Alfonso XI, llamado en las Crónicas "El Justiciero".
CHURRIEGOS - CULIPARDOS
Con estos dos términos peyorativos, nos referimos a los habitantes de Miguelturra y Ciudad Real. Su origen está íntimamente relacionado con la "Batalla de Malas Tardes" (1328). Antes de esta fecha era calatravos y pozueleños. Con el término churriego, nos estamos refiriendo a los habitantes de la aldea de Miguel Turra, que participaron en la batalla de Malas Tardes escasamente armados y al resto de habitantes de la aldea mujeres, niños y ancianos, atacados y quemadas todas sus pertenencias tras la escaramuza con Villarreal.
En contraposición, se denomina culipardos, a los miembros que conformaban las mesnadas concejiles procedentes de Villarreal, debido a que su uniformación se caracterizaba por tener un pantalón pardo y a no atreverse a salir a enfrentarse con los calatravos; debido a ello y al calor de estar sentados, su trasero cogía el mencionado color pardo.
2 - 4 - Antecedentes
Para poder entender los choques armados en torno a nuestra localidad, es necesario reseñar, que lo que tradicionalmente denominamos el Campo de Calatrava, fue durante los siglos XII y parte del XIII, hasta las Navas de Tolosa (1212), una línea muy permeable de conquista y reconquista entre los ejércitos almohades y los castellanos.
A lo largo de todo este periodo se instaura sobre estos territorios "La Orden de Caballería de Calatrava", la cual sufrirá en sus propias carnes los conflictos anteriormente mencionados, y a consecuencia de ello recibirá grandes privilegios y donaciones regias, dando lugar a una potencia política y económica de primer orden en la Península Ibérica, convirtiéndose en los albores del siglo XIV, más en un rival del poder regio que en una colaboradora como en tiempos pasados.
Al tiempo que se consolida la Orden, se lleva a cabo la vertebración del nuevo territorio mediante el otorgamiento de Cartas de Poblamiento, para asentar gentes y explotar económicamente el territorio. Fruto de esta política serán las aldeas de Carrión, Pozuelo del Camino y Miguel Turra (1230), aldeas que según algunos investigadores podrían haber sido desgajadas del alfoz o término de Calatrava. Al tiempo, la Corona mantendrá una serie de enclaves en torno al Guadiana, como Alarcos, Bolaños y el Pozuelo Seco de Don Gil, futura Villarreal. La gran proximidad entre ambos territorios, provocó incidentes concretos por el uso de leñar, la Atalaya de los Abenzales, la actual Atalaya, pertenecía a Miguel Turra por el empleo de pozos, la realización de Ferias y el empleo de molinos y batanes, entre los vecinos de ambos enclaves.
2 - 5 - La batalla de Malas Tardes
Todos los conflictos mencionados con anterioridad, son choques normales entre vecinos, ya que entre aldeas de la misma orden existieron, como en el caso de Carrión y Torralba. El problema era otro: la política de consolidación del Campo de Calatrava por parte de la Orden. Villarreal era un enclave molesto para la política del Maestrazgo, ya que suponía un control por parte de la Corona. Este matiz, da un nuevo carisma a la situación, se suman los conflictos vecinales y la alta política, dando lugar a un cóctel muy peligroso. La Orden pensaba que a través de los nuevos y constantes privilegios donados a la emergente aldea de Miguel Turra, se lograría despoblar el asentamiento regio. No obstante, el Regente D. Felipe, tutor del futuro Alfonso XI, práctico una férrea política de control frente a Calatrava, y en particular a su Maestre D. Garci López de Padilla, una amenaza personal para la política del Infante. Garci López de Padilla, era más un señor feudal que un freire luchador frente a los infieles. Debido a su posición de choque, y a sus actitudes poco valerosas en la lucha contra la taifa de Jaén, que supuso una importe derrota a las huestes calatravas en 1328, provocó, en ese mismo momento, una insurrección de freyres de la Orden, su cabeza visible fue Frey Juan Nuñez, Clavero de la Orden, y una serie de caballeros de su confianza, algunos de ellos nacidos en Villarreal. Ocasión aprovechada por Quesada, Alcaide del Alcázar Real de Villarreal, para abrirles las puertas y pedir refuerzos a Baeza, Córdoba y Toledo, además de informar al Infante Don Felipe de la situación.
Ante lo ocurrido, el Maestre Garcí López de Padilla, con los rigores del calor de los meses de julio o agosto, reúne a sus mesnadas y parte hacia la aldea de Miguel Turra, donde se asienta y pone en práctica una serie de operaciones militares, definidas por De Rades "(...) y con ella començo a hazer guerra como en tierra de infieles, a fuego y a sangre contra los de Villarreal (...)" encaminadas a presionar a los vecinos de la aldea vecina para que expulsarán a los freyres desleales. Para ello, se quemaron y arrasaron viñas, campos de pan llevar, se detuvieron a vecinos de la villa regia, cuando salían a realizar sus labores, eran azotados y enviados al Sacro Convento de Calatrava la Nueva.
A lo largo de los días de constante sitio y presión frente a la ciudad regia, se produjo una primera escaramuza, la Crónica de Rades habla que " salieron un dia contra el (se refiere al Maestre) cinquenta de cauallo" desde Villarreal, para evitar nuevas incursiones y fueron destrozados por las huestes calatravas. Ante esta situación al Alcaide del Alcázar de Villarreal y los freyres rebeldes, sólo les quedaba una oportunidad, debido a los muchos días que duraba el sitio y la falta de refuerzos procedentes de otras ciudades de realengo. Era un contraataque, destinado a sitiar al Maestre y a sus tropas en torno a Miguel Turra.
Para ello partieron al frente del contingente "culipardo" el Clavero Diego Sánchez de Viezma y el Alcaide Quesada, por el denominado camino de Per alvillo. Garci López de Padilla enterado, marcha a toda velocidad "con toda la gente que en la aldea había de armas tomar", encontrándose en un gran llano, donde ambos bandos lucharon valerosamente.
Las tropas calatravas fueron derrotadas y su Maestre huyó herido, en el campo quedaron cuerpos de algunos caballeros y sobre todo peones, es decir campesinos sin experiencia en batalla y posiblemente mal armados, los "Chirriegos". Ante la situación las huestes "culipardas", marcharon contra Miguel Turra, la cual asaltaron, robaron y mataron a mujeres, niños y ancianos, además de quemar las casas, y en especial la Casa de la Clavería y una torre fuerte, que era vista desde Villarreal como un centro de posibles incursiones hacia los dominios de realengo. Este periodo de desmanes, se resolvió con la mayoría de edad de Alfonso XI, la renuncia al Maestrazgo por parte de Garci López de Padilla a finales de 1329, con la reestructuración del término de Miguel Turra, perdiendo la Atalaya de los Abenzales a favor de Villa rreal y confirmando la cesión de Per alvillo, que ya fue hecha efectiva en 1306. Creando así, una zona de nadie, entre la emergente Orden de Calatrava y las posesiones de Alfonso XI el Justiciero.
2 - 6 - Armas
El armamento en la Baja Edad Media (Siglos XIV-XV) es similar en toda Europa. El empleo de armas en nuestra "batalla" de Malas Tardes, se caracteriza por su escasez de noticias, no obstante, a través de las Crónicas sabemos que hubo presencia de jinetes armados con armaduras en plena evolución, a medio camino entre las pesadas placas metálicas y yelmos de tipo corintio, junto a otros con la típica cota de maya, siempre con escudo de tipo almendrado. En lo que respecta a las armas ofensivas mencionar el uso generalizado de picas, espadas latinas y dagas, tanto por peones como caballeros, son especialmente destacables las secciones de ballesteros con sus terribles dardos. También es cierto que la mayoría de los peones eran simples campesinos mal entrenados, sin experiencia en combate y con gran escasez de armas, por lo que utilizaban desde una horca, pasando por la hoz o una simple onda.
Sabemos que Malas Tardes se produjo debido a una contraofensiva de las huestes concejiles de Villarreal, que buscaban sitiar al Maestre en la aldea de Miguel Turra, debido a que existía una "muralla" de tapial junto a una torre adelantada, si a todo esto añadimos la organización de la aldea en pequeños barrios cerrados entre sí, estamos ante un asentamiento perfectamente defendible.
Por último, en la estrategia en una batalla campal como Malas Tardes, en una amplía llanura como es esta zona de nuestra localidad, los movimientos de las huestes eran un poco anárquicos: caballeros junto a infantes, todo ello regado de ondas y dardos.
2 - 7 - Bibliografía
CORCHADO SORIANO, El Campo de Calatrava, Vol. I, II y III. Ciudad Real, 1982. Instituto de Estudios Manchegos.
OCAÑA BARBA, J.M.: Los privilegios medievales de Miguelturra: La Carta Puebla, en "Alarcos: El Fiel de la Balanza", Ciudad Real, 1995, Servicio de Publicaciones de Castilla La Mancha.
RADES Y ANDRADA, F.: Crónica de la Orden y Caballería de Calatrava. Toledo, 1571.
RUIZ GÓMEZ, F.: La Repoblación de Ciudad Real en los siglos XII y XIII, en "La Provincia de Ciudad Real. Vol II. Historia". Ciudad Real, 1992, BATM.
3 - Una villa Calatrava
3 - 1 - Introducción
3 - 2- Reconquista
3 - 3 - Constitución
3 - 4 - Vida
3 - 5 - Ocho estrellas de plata
3 - 6 - El Hospital del Concejo
3 - 7 - Cofradías
3 - 8 - Camino Real
3 - 9 - Sociedad
3 - 10- Cronología y Bibliografía
3 - Una villa Calatrava
Una Villa Calatrava. Miguel Turra (XIII-XVIII)
Autor: José Ramón González Fernández
Fotografías de archivo
Fuente: Miguelturra en red, número 2
3 - 1 - Introducción
En el periodo comprendido entre principios del siglo XII y la segunda mitad del siglo XIII se produjo en tierras hispanas un cambio radical en la correlación de fuerzas entre el Islam y la Cristiandad. La reanudación de la ofensiva militar contra al Andalus, era seguido inmediatamente por la repoblación de los territorios que eran ganados por las armas, estuvo posibilitada por un indudable crecimiento demográfico, el desarrollo de las innovaciones técnicas militares, ligadas a motivaciones de índole social.
3 - 2- Reconquista
La conquista de Toledo por Alfonso VI (1085) fue el punto de partida de la presencia de los castellanoleoneses en la Meseta Sur. Nos encontramos ante un poblamiento relativamente denso, en especial en torno al Tajo, siendo mucho más débil en La Mancha, con la existencia de importantes núcleos urbanos : Toledo, Talavera, Calatrava o Alarcos.
La ocupación de La Mancha por los cristianos fue un proceso lento, ya que estuvo sometida a los avances cristianos y a los alternativos contraataques musulmanes durante todo el siglo XII.
El hundimiento del imperio almorávide, a finales del primer tercio del siglo XII, posibilitó la ofensiva castellana.
Alfonso VII logró finalizar la repoblación del Valle del Tajo y campañas victoriosas como la toma de Oreja (1139) y la penetración hasta Calatrava (1146) y parte del Valle del Guadiana.
En la segunda mitad del siglo XII, los almohades llegan al poder unificando nuevamente el Islam peninsular y contraatacando a los reinos cristianos. No obstante, castellanos y leoneses pudieron disponer de un instrumento de gran eficacia frente a la acometida almohade: se trataba de las órdenes Militares, nacidas unos años antes en relación con las cruzadas a Tierra Santa. En tierras hispánicas destacan, por la actividad que desplegaron, las de Calatrava, Santiago y Alcántara, encargadas de defender y repoblar los territorios cedidos a lo largo de la frontera meridional de Castilla y León.
La ofensiva almohade se inició hacia 1170 con los ataques a Huete y Uclés, alcanzado su momento álgido con la ocupación de Alarcos, Calatrava y todo su Campo en 1195. Sin embargo, la victoria cristiana en las Navas de Tolosa (1212) permitió consolidar la repoblación de la Meseta Sur. En la llanura manchega el peso de la actividad repobladora cayo en buena medida sobre la Orden de Calatrava, llevando a cabo la ocupación definitiva del territorio y su puesta en explotación mediante la atracción de nuevos pobladores, a través de la entrega de tierras, concesión de fueros a las diversas pueblas a cambio de la obligación de residir y pagar los pobladores.
3 - 3 - Constitución
De la época musulmana son escasísimas las noticias que podemos aportar, sólo indicios, que creemos encontrar, en los límites concedidos a Miguel Turra en 1230, donde se señala como mojón a la Atalaya de los Abençales y se hace mención de la existencia de un serrallo entre Calatrava La Vieja y Ciruela. Junto a la existencia de varias almunias musulmanas cerca del Guadiana.
Con la reconquista de la tierra del Guadiana no figuran todavía nombres como Miguel Turra o Per Alvillo, si bien por su situación geográfica tuvieron que jugar un papel importante en su escenario, y sólo después de la pacificación, tras la jornada de las Navas (1212), encontramos la primera mención de Miguel Turra con la concesión en 1230 de una carta de puebla que fue formalizada por el Maestre Martín Ruiz reunido en el Convento de Calatrava La Nueva, donde se mencionan los términos de la citada aldea: " (...) de un cabo parte con El Pozuelo del camino por cima de la Cabeza de Francisco Obieco, por el camino que sale del dicho Pozuelo, e parte con Carrión por el Encinar suyo, que es dehesa de Carrión, por el camino que va a la Menbriella, e parte con Calatrava la Viexa según sale el camino de Carrión e va a Calatrava la Viexa, e toma por cima de la sierra e sale a la Atayala de Abençales, las vertientes contra el dicho lugar de Miguel Turra, e del dicho cabo parte con el Pozuelo de don Gil, e sale al a Cabeza de Menga Gimeno, e como desciende al camino que va del Pozuelo a Ciuruela (...)" ; los límites descritos son casi los mismo que tiene en la actualidad. Aunque no indica que era aldea dependiente de Calatrava la Vieja, hace que los investigadores den por hecho que pertenecía a su alfoz, incorporándose a la Encomienda de Pozuelo en el siglo XV.
A principios del siglo XIV aparecen varias noticias sobre nuestra localidad, ya que interviene en el Convenio firmado entre la Orden de Calatrava y el Concejo de la Mesta sobre los términos jurisdiccionales, junto con la adquisición por vecinos de la aldea del molino del Batanejo en el Guadiana.
Durante la minoría de Alfonso XI tuvieron lugar las sangrientas luchas originadas por la rivalidad de Villa Real con la Orden de Calatrava, cuyas consecuencias fueron la derrota de Malastardes y el incendio y destrucción de Miguel Turra y Per Alvillo por las tropas reales dirigidas por García Sánchez, alcaide de Jaén. Sin embargo, Miguel Turra como ave fénix resucita de sus cenizas con el apoyo de los Maestres de la Orden, en especial bajo el gobierno de D. Juan Nuñez de Prado, quien con anterioridad fue Clavero de la villa y sabía de su situación estratégica frente a los abusos de los regentes y de las ciudades regias.
Alfonso XI condena finalmente a Villa Real en 1347 y ordena a su concejo entregar las quinterías de El Corralejo, El Batanejo y las Navas de Ucenda, a la Miguel Turra.
Tras las Guerras Civiles entre Pedro I de Castilla y Enrique II de Trastámara (13631369), de las que salió vencedor este último tras la el Acontecimiento de Montiel (1369), la Orden de Calatrava se vio beneficiada debido al apoyo ofrecido, con tropas y recursos, al Trastámara; por ello, en 1382 la Orden de Calatrava reconociendo los constantes servicios de la aldea de Miguelturra le concede el término de Per Alvillo, junto con una serie de ventajas fiscales para sus vecinos.
3 - 4 - Vida
Las actividades económicas que desarrollaban buena parte de los habitantes de los territorios del Reino de Castilla, desde el siglo XIII en adelante, son de tipo rural. La progresiva incorporación de tierras meridionales que se iban ganado al Islam sirvió para apuntar más el protagonismo del mundo rural, sobre las producciones de tipo artesanal y el creciente intercambio de productos.
El eje fundamental de la estructura social estaba constituido por la relación señorescampesinos, que se mantendrá hasta finales del siglo XVIII. Los señores, laicos o eclesiásticos, a través de sus dominios solariegos y de sus poderes jurisdiccionales, obtenían cuantiosas rentas, lo que les permitía mantener su posición hegemónica en la estructura social. Los campesinos, constituían la fuerza de trabajo del sistema social y su base.
Las actividades agrícolaganaderas, basadas fundamentalmente en la obtención de alimentos, constituían el fundamento de la economía calatrava, que disponía de extensas llanuras baldías, dedicadas al pastoreo y a la producción agraria.
Los labriegos seguían utilizando los viejos arados romanos de hierro, tirados por bueyes, que fueron sustituidos a los largo del siglo XVI por las mulas. Se empleaba el sistema de cultivo de "año y vez", alternando el sembrado y el barbecho en las tierras de mejor calidad, ubicadas entorno a la Villa, dedicadas al cultivo de cereales (trigo, cebada), y en las que en 1579 se llegaba a coger 800 fanegas de pan, junto a la existencia de huertas con frutales; todo ello cercado. Más allá de ese cinturón se extendían, en un paisaje de campos abiertos, las tierras de labor, los viñedos y los olivares, junto con la permanencia de las alquerías musulmanas (huertas), en las que se alternaban los secanos y los regadíos.
Las actividades de tipo ganadero tuvieron en el Campo de Calatrava en general, y en la villa de Miguelturra en particular, una gran importancia, en especial los ganados de ovejas merinas, ya que en La Mancha escaseaba la mano de obra y al mismo tiempo existían amplios espacios semidesérticos. Prueba de su importancia será la existencia de las "cañadas" ganaderas relacionadas con la regulación de la Trashumancia llevada a cabo por la Mesta.
En Peralvillo, aún existen dos cañadas para el desplazamiento del ganado junto a los carriles existentes en el Camino de la Puebla, dedicados al envió de los rebaños hacia los invernaderos de Alcudia, la Celadilla, Cuarto Alto y las Arenas, hasta la llegada del verano, cuando eran desplazados hacia las zonas serranas.
No podemos olvidar, como ámbito de obtención de alimentos, el monte de las Cañadas y la Atalaya de los Abençales, donde además de alimentar a los puercos en los encinares, tenía grandísima importancia la caza y la apicultura, que alcanzó un gran desarrollo en la zona de Peralvillo a lo largo del siglo XVI y XVII; sin olvidar el denominado derecho de leñar, causa de no pocos conflictos con Villa Real.
Con el desarrollo y crecimiento de la Villa, desde 1480, comienza a producirse un gran progreso de las actividades artesanales y la consolidación del sistema gremial compuesto por: el gremio de herreros (herreros y cuchilleros), de la construcción (pedreros, carpinteros, carreleros...), del textil ( bataneros, tejedores y traperos), además de los dos gremios más poderosos: el de ganaderos y el de labradores, que se consolidarán plenamente a lo largo del siglo XVI, beneficiándose de la demanda de mano de obra de Ciudad Real, fuertemente afectada por la crisis económica del siglo XVII que provocó la desaparición de muchos de ellos.
El comercio se basaba en la institución del mercado semanal, donde se vendían todo tipo de productos; estaba situado frente a la casa de la Clavería, en el mismo lugar en el que se organizaban dos ferias anuales (antecendentes de la famosa Cuerda), una coincidiendo con la festividad de la Virgen de Agosto, que era muy afamada en todo el Campo de Calatrava, y la otra con la festividad de la Virgen de la Estrella, excelsa patrona de la Villa desde principios del siglo XVI, cuya importancia fue en aumento consolidándose como gran feria con la recuperación económica del "Siglo de las Luces".
3 - 5 - Ocho estrellas de plata
La batalla del Salado, conocida por las fuentes musulmanas como la batalla de Tarifa, se produjo el 30 de octubre de 1340. Fue un hecho de armas clave en la lucha por el control del estrecho de Gibraltar, para evitar los desembarcos musulmanes.
Alfonso XI, rey de Castilla (1312-1350), anticipándose al ataque de los benimerines norteafricanos, obtuvo del Papa Benedicto XII la concesión de una cruzada en las tierras gaditanas, para ello se reclutaron mesnadas de toda Castilla: nobles, las grandes villas concejiles, las órdenes Militares, para hacer Frente a la amenaza norteafricana.
Las tropas benemerines de AbulHasan pusieron cerco a Tarifa, obligando al ejército castellano a acudir hacia el Estrecho en su socorro .
El 29 de Octubre, Alfonso XI logró que la milicia enviada por la villa de Miguelturra penetrara en el interior de Tarifa para ayudar a los sitiados y concertar una salida de estos durante el combate final.
Al amanecer del día siguiente tuvo lugar la batalla, las tropas castellanas chocaron violentamente con el ejército africano. La salida de los defensores de Tarifa y la milicia miguelturreña, en el fragor de la batalla, decidió la victoria a favor de los cristianos.
Este conflicto marcaría el fin, el definitivo dominio del estrecho de Gibraltar por parte de Castilla, arrebatando a los musulmanes africanos toda posibilidad de efectuar nuevas invasiones a la Península.
Con motivo de la hazaña de la milicia miguelturreña, Alfonso XI otorgó a la Villa de Miguelturra ocho estrellas de plata, para que las porte su pendón en recuerdo de sus "valiente fijos que lucharon valerosamente por su rey y su fe".
3 - 6 - El Hospital del Concejo
A partir del siglo XIII, en la ciudad medieval se sistematizan los medios asistenciales hacia los que habían descendido del nivel de pobreza, para entrar en el de la miseria. El más importante de estos medios es la creación de hospitales que actúan a la vez como hospederías de peregrinos, asilos de pobres y centros de atención médica a enfermos desheredados.
La Orden de Calatrava tiene un especial interés en dotar a todas sus villas de medios asistenciales, y en especial de hospitales, los cuales sumaban, a finales del siglo XV, un total de 48 instituciones, dependientes de los Concejos, de cofradías y de las iglesias parroquiales.
El hospital de la Villa de Miguelturra fue donado por "un difunto" en 1499, que cedió una casa con su campillo, en los arrabales de la villa, encomendando su gestión a los oficiales concejiles.
El hospital concejil aparece rodeado de un campillo o huerto, aspecto interesante ya que las zonas de huerta, de corral, se mezclaban con las calles y plazuelas. La casa de planta baja conformaba un cuerpo que se disponía en torno a un patiocorral en el que había un pozo. Frente a la puerta de entrada hay un zahuan "donde estaban los pobres durante el día". La cocina se situa en un lado del patio, donde los enfermos y los pobres se sientan en bancos dispuestos en torno al fuego.
En general, el número de camas, colchones o almadraques oscilaba entre 3 y 5 lechos, aunque en la «Visita» de 1510, los hijos de un difunto "solicitán a los visitadores la reparación y la provisión de todo lo necesario" para su buen funcionamiento.
3 - 7 - Cofradías
La Santa Vera Cruz
En los dominios de la Orden de Calatrava, desde mediados del siglo XVI, se produce un importante auge renovador de la religiosidad, en particular a partir de la creación de nuevas cofradías o hermandades, que se generalizará a lo largo del Siglo de Oro.
Entre las nuevas abvocaciones, ya que las de tipo mariano se encontraban generalizadas con anterioridad, destaca la de la Vera Cruz, que pasará a convertirse en el emblema cofrade de la Orden de Calatrava.
Las primeras noticias, sobre la "Antigua y Venerada Cofradía de la Santa Vera Cruz" en la Villa de Miguelturra, datan de 1634, cuando los Visitadores de la Orden narran como ésta cofradía tiene una pequeña ermita, de tapiería abovedada, dedicada al culto de nuestra Señora de la Soledad y del Santo Sepulcro, en los arrabales de la Villa, junto a una capilla en la igelsia de Santa María de la Estrella, "donde se depositaba una cruz grande dorada de buena hechura" símbolo de la cofradía.
Entre los numerosos bienes, que irán aumentando a lo largo del siglo XVII y XVIII, llama poderosamente la atención la posesión de censos donados por los fieles.
Respecto a las funciones litúrgicas de la Vera Cruz, se mencionan las procesiones del Jueves y Viernes Santo, la misa y procesión de la fieta de la Santa Cruz, junto a la obligación de realizar una misa por las almas de los hermanos difuntos.
Al frente del organigrama interno de la Cofradía existía un mayordomo, que junto a tres oficiales se encargaban de mantener el culto, las distintas actividades y de obtener los medios de financiación.
A mediados del siglo XVIII se produjo la decadencia y desaparición de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, dando lugar a las hermandades tradicionales de nuestra Semana Santa como son: Ntro. Padre Jesús Nazareno, Ntra. Sra. de la Soledad y la Antigua y Venerada Hermandad del Santo Sepulcro.
3 - 8 - Camino Real
La necesidad de comunicar la Corte con Andalucía, pasando por Córdoba hasta la gran capital del sur, Sevilla, se potenciará a partir de 1500 debido a la colonización del continente americano y a la constante llegada de materiales preciosos: envíos de oro, plata, especias..., que tenían que ser transportados hacia la Corte, primero Toledo, en época de Carlos V, para posteriormente continuar hacia Madrid, ya con Felipe II y sus sucesores.
Dicho camino saldría de Toledo cruzando Orgaz, el siempre complicado puerto de los Yébenes, Malagón, Peralvillo, llegando a la llanura de Ciudad Real y siguiendo hacia Caracuel, Almodóvar del Campo, Adamuz, Alcolea y por fin Córdoba, cubriendo una distancia en torno a 50 leguas (275 km).
Una casa de posta, también llamada venta o posada se define como "la parada donde toman caballos o mulas de refresco los correos o los que viajan en postas". Ya que la distancia existente entre unas y otras solía estar en torno a 2 leguas (18 Km.), distancia suficiente para poder cambiar las caballerías agotadas por otras más frescas y descansadas.
Estos establecimientos actuaban como ventas, mesones, fondas a los diversos viajeros, tanto comerciales como militares y, en el especial, al cuerpo de correos reales, impulsado desde la época de los Reyes Católicos, a principios del siglo XVI, y potenciadas por los Austrias y los Borbones, durante los siglos XVII y XVIII respectivamente, mediante la concesión de beneficios y ventajas fiscales a las personas que se asienten en estos lugares despoblados o alejados de los núcleos de población.
El enclave de Peralvillo, a medio camino entre Malagón y Ciudad Real, fue el lugar sobre el que se erigió una Casa de postas o venta, perteneciente al Concejo de Miguelturra y regida por un Mayordomo y su familia, cargo que era "ratificado cada año hacia la festividad de san Miguel", con la obligatoriedad de hacerse cargo del mantenimiento de la casa y de sus instalaciones, junto al establecimiento de fijo de la familia en la aldea.
La citada Casa de postas se mantuvo en pie hasta los años 60, localizada a la izquierda de la ermita de la Virgen Blanca, las crónicas la describen así: "la venta estava rodeada de un alta tapia encalada, cuyos portones de madera davan entrada a un patio enpedrado con un pozo. A la diestra se encontraba la casa de planta baja, con una cocina de fogón, una habitación pequeña donde dormían los posaderos y una amplia habitación con chimenea y pollos para dormir los arrieros y demás visitantes. A la extrema del patio encontramos las cuadras, el pajar y un palomar".
3 - 9 - Sociedad
La sociedad calatrava, presentaba una estructura similar a la de la Corona de Castilla, en la cúspide encontramos a los Maestres, sustituidos a finales del siglo XV por los reyes de Castilla, Claveros y demás dignidades de la Orden, que se alineaban en las mismas filas que los poderosos linajes de la nobleza. Por tanto, el Clavero y la Iglesia toledana poseían ambos, grandes dominios territoriales y el derecho sobre numerosas cargas fiscales sobre la villa de Miguel Turra (1579): al Maestre y al Arcediano de Calatrava se entregaban los diezmos del pan y del ganado, al Clavero el diezmo del vino y las rentas de herrenales y huertas a la Encomienda del Pozuelo. Por el contrario, el bajo clero se encontraba mucho más cerca de los sectores populares, aunque al Curato de la Parroquia de Santa María La Mayor disponía de rentas basadas en la donaciones y en la creación de Capellanías.
En el otro extremo de la estructura social se sitúa el mundo campesino, muy heterogéneo, donde encontramos a campesinos (labriegos, ganaderos, labradores) y profesionales libres (barberos, escrivanos, regidores, alguaciles y alcaldes de Vara).
La religiosidad popular será un elemento importantísimo en la evolución histórica de nuestra localidad, la iglesia parroquial se comenzó a construir, en estilo gótico, el siglo XIV, quedando acabada a mediados del siglo XV la capilla Mayor dedicada a la abvocación de Santa María la Mayor, para finalizarla a lo largo del siglo XVII, con un estilo barroco. En el siglo XVIII se cambiará su nombre por el actual, Nuestra Señora de la Asunción. A finales del siglo XVI encontramos las ermitas de la Virgen de la Estrella, que acabará convirtiéndose en la patrona de Miguelturra, sobre cuya iglesia fundó el linaje Treviño el convento de la Merced en 1680, que dio lugar a un conflicto jurisdiccional que durará hacia 1720. También existen las ermitas de San Sebastián, que pasará a llamarse tras la epidemia de peste de 1646, de San Antón, ofreciéndole una gran hoguera en su festividad, y un calvario en los arrabales dedicado a la Virgen de la Soledad, perteneciente a la Cofradía de la Santa Vera Cruz. En el último tercio del siglo XVIII, los viajeros nos hablan como se estaba construyendo por el pueblo de Miguelturra la Iglesia dedicado al Santísimo Cristo de la Misericordia, pero esto ya es historia de otra época.
3 - 10- Cronología y Bibliografía
Cronología
1147: Toma de Calatrava por Alfonso VII.
1159: Invasión Almohade.
1158: Fundación de la Orden de Calatrava.
1189: Confirmación de Límites a Calatrava.
1195: Batalla de Alarcos, caída de Calatrava y de toda La Mancha.
1212: Batalla de las Navas de Tolosa y liberación de toda La Mancha.
1217: Traslado a Calatrava La Nueva.
1230: Carta Puebla a Miguel Turra con sus límites.
1243: Fernando III se sienta en el Pozuelo Seco de D. Gil; fundación de la Santa Hermandad.
1255: Pleito de límites entre Calatrava y Córdoba; Carta puebla para Villa Real.
1287: Avenencia pleito CalatravaMesta.
1297: Confirmación del fuero de Miguel Turra; venta de molinos en Río Frio en el término de Calatrava.
1306: Donación de Peralvillo.
1307: Convenio entre la Orden de Calatrava y el Concejo de la Mesta sobre términos jurisdiccionales.
1326: Concordia Villa RealCalatrava sobre derecho de leñar.
1328 Lucha entre Villa Real y Calatrava, batalla de Malastardes e incendio de Miguelturra.
1329: Sentencia de Alfonso XI a favor de la Villa de Miguelturra y la Orden de Calatrava por los abusos cometidos por Villa Real.
1340: Batalla del Salado.
1382: donación de Peralvillo al concejo de Miguel Turra.
1422: Visita de la Orden de Calatrava a la Claveria de Miguelturra.
1511 El rey Fernando el Católico da privilegio de exención de pecho a los vecinos de Miguelturra.
1579: Realización de las Relaciones topográficas de Felipe II de Miguelturra.
1680: Fundación del Convento de la Merced.
Bibliografía
CORCHADO SORIANO, El Campo de Calatrava, Vol. I, II y III. Ciudad Real, 1982. Instituto de Estudios Manchegos.
OCAÑA BARBA, J.M.: " Los privilegios medievales de Miguelturra: La Carta Puebla" en Alarcos: El Fiel de la Balanza, Ciudad Real, 1995, Servicio de Publicaciones de Castilla-La Mancha.
RADES Y ANDRADA, F.: Crónica de la Orden y Caballería de Calatrava. Toledo, 1571.
RUIZ GÓMEZ, F.: "La Repoblación de Ciudad Real en los siglos XII y XIII" en La Provincia de Ciudad Real. Vol. II. Historia. Ciudad Real, 1992, BATM.
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA: Colección de Fueros y Cartas Pueblas de España. Madrid, 1852.
4 - Guerras Carlistas
4 - 1 - Introducción
4 - 2 - Ocaso del Antiguo Régimen
4 - 3 - Régimen Liberal
4 - 4 - Guerras
4 - 5 - Desamortización
4 - 6 - Restauración
Guerras Carlistas, Restauración
Autora: Esmeralda Muñoz Sánchez
Fotografías: Archivo, Centro de Estudios de Castilla-La Mancha
Fuente: Miguelturra en red, número 2
4 - 1 - Introducción
La historia del siglo XIX es la descripción de un período que enlaza la crisis del Antiguo Régimen y la consolidación de un nuevo sistema político de corte liberal, todo ello marcado por los cambios políticos cíclicos de distinto signo ideológico.
La llegada al poder en 1833 de los liberales marcará un antes y un después, ya que si en el espacio de tiempo comprendido entre 1808 y 1833 se sucederán gobiernos liberales y absolutistas, el período comprendido entre 1833 y 1868, será una etapa de alternancia entre progresistas y moderados, a lo que hay que sumar el fenómeno de las guerras carlistas, que aunque parece un fenómeno esencialmente ligado a regiones de fuerte componente foral o nacionalista caso de Cataluña, El País Vasco o Navarra, la región manchega, y en especial, la provincia de Ciudad Real fue uno de los escenarios más permanentes de dichas guerras.
Será durante este período cuando se institucionalice la división territorial de España en 49 provincias por parte del liberal Javier de Burgos, ministro de Fomento, quien, durante la regencia de María Cristina viuda de Fernando VII estableció por Real Decreto 30 de noviembre de 1833 esta división, que hoy día sigue vigente y que sirvió de base para establecer el actual mapa autonómico.
El estudio a grandes rasgos de este período en el contexto de la provincia de Ciudad Real y, más concretamente, de la Villa de Miguelturra, está sujeto a los cambios y transformaciones que acontecieron en la vida política, social y económica de la historia de España en este siglo.
En definitiva, fue el espacio temporal en el que se registraron más cambios, más revoluciones, más sistemas de gobierno y más alteraciones del Estado que en cualquier otra época de la historia de España
Fechas Período histórico
1808 - 1814 Guerra de la Independencia (liberal)
1814 - 1820 Sexenio (absolutistas)
1820 - 1823 Trienio Constitucional (liberal)
1823 - 1833 Década Ominosa (absolutista)
1833 - 1840 Primera Guerra Carlista
1835 - 1837 Juntas Revolucionarias y Gobierno de Mendizabal (progresista)
1840 - 1843 Regencia de Espartero (progresista)
1846 - 1849 Segunda Guerra Carlista
1843 - 1854 Década Moderada (moderados)
1854 - 1864 Bienio Progresista
1856 - 1868 Unión Liberal (moderados)
1868 - 1874 Sexenio Revolucionario
1872 - 1876 Tercera Guerra Carlista
4 - 2 - Ocaso del Antiguo Régimen
La grave crisis política de 1808, con la abdicación de Carlos IV a favor de su hijo Fernando y su proclamación como rey, dio paso a la invasión napoleónica y el inicio de la Revolución Liberal, que traerán al país importantes reformas.
La resistencia del pueblo español frente a la invasión francesa y la guerra de "guerrillas" supuso el fin de la monarquía absoluta y de las estructuras sociales, políticas, económicas y jurídicas que la sustentaban.
La provincia de Ciudad Real fue una tierra de tránsito y paso de las tropas francesas para conquistar Andalucía y Extremadura. Pero lo más importante fue la desmembración local y provincial, con un vacío de poder que pronto fue asumido por las juntas de Defensa y de Gobierno Provinciales, como poder intermedio entre los diferentes municipios y la Junta de Defensa Central, presidida por el Conde de Floridablanca.
La Restauración de Fernando VII en 1814 anula todas las reformas administrativas, tendentes a dar un mayor protagonismo a las diputaciones provinciales y ayuntamientos, a la vez que intenta anular todo cambio que atentase contra la división socio-económica que había sustentado el sistema absolutista; por ello, la Restauración supuso una severa represión contra los liberales y los afrancesados.
El liberalismo fue calando en sectores minoritarios, no obstante se formaron las denominadas partidas "realistas", que luchan ya abiertamente contra el liberalismo y que constituyen el antecedente más directo de lo que posteriormente serán las "guerrillas carlistas". Otro sector de oposición al liberalismo lo representará la Iglesia, pilar básico en la defensa de un modelo de sociedad que parecía amenazada en sus fundamentos por los principios del régimen liberal.
El nacimiento de la princesa Isabel en 1830 y la derogación de la Ley Sálica (exclusión de las mujeres en la sucesión al trono), suponía privar de los derechos a la Corona de España al Infante don Carlos. A partir de este momento, se abre una lucha entre dos facciones claramente diferenciadas: los realistas, defensores del Infante don Carlos, y por tanto, del absolutismo, y los moderados o fernandistas, apoyados por el propio rey Fernando VII y defensores de la princesa Isabel como Princesa de Asturias. Entre ambas facciones, los liberales, quienes comenzaron a entenderse con la facción moderada, de tal modo que el liberalismo e Isabel II comenzarán a estar íntimamente unidos.
4 - 3 - Régimen Liberal
Fernando VII muere en octubre de 1833 con el problema de su sucesión sin resolver, aunque legítimamente su hija Isabel era la heredera al trono una vez alcanzase su mayoría de edad.
La muerte de Fernando VII posibilita la llegada al poder de los liberales, iniciándose así las hostilidades entre liberales y carlistas, es decir, entre los defensores de un nuevo sistema político, social y económico basado en el establecimiento de un Estado Liberal, y los que estaban a favor de mantener un sistema sujeto al Antiguo Régimen.
Este conflicto armado, conocido como primera guerra carlista o guerra de los siete años, es la primera guerra civil de la historia contemporánea de España, donde la provincia de Ciudad Real se presenta como uno de los escenarios más destacados. Si antes las guerrillas habían luchado con gran ahínco contra los franceses, ahora volvían a tomar las armas para apoyar a un candidato que se erigía como la figura defensora de un modelo de sociedad claramente segmentada, de unas tradicionales formas de propiedad comunal y eclesiásticas y de un control políticoeconómico por parte de las grandes oligarquías.
4 - 4 - Guerras
En la zona de la Sierra de Calatrava, es decir, en el territorio comprendido en el corazón de la provincia, se levantaron los primeros partidarios de la causa carlista. Almagro pronto destacó como gran centro carlista. El sargento primero retirado Francisco Asenjo fue hecho pronto prisionero por carlistas, así como también fueron arrestados más de la mitad de los frailes del Convento de San Agustín.
También en 1834 se había levantado una facción en Miguelturra capitaneada por José Muñoz, alias Centinela, que operaba también en las zonas de Almagro, Almodóvar del Campo y Corral de Calatrava, lugar este último donde fue sorprendida el siete de diciembre: a las ocho de la mañana de este día encontré la famosa facción de José Muñoz Centinela, de Miguelturra, el cual fue muerto con Andrés Saez, alias, Toledo, de Almagro, Francisco Aguila, del Corral de Calatrava y Miguel Rodríguez, de Almodóvar del Campo, los cuales eran el azote de los pueblos de estas inmediaciones.
De nuevo volvemos a tener noticias de guerrilleros miguelturreños dirigiendo pequeñas partidas, como en el caso de Alfonso el Carnicero, sobrenombre procedente del oficio que tenía, que operaba en torno a la zona del Guadiana. Fue descubierto en 1837 en un reconocimiento en dicha zona y pereció sobre el campo el día cinco de junio.
Esta lucha se repartió por toda la geografía de la provincia, los asedios carlistas a la capital y sus alrededores fueron continuos en esta primera guerra carlista. Un testimonio interesante de estos enfrentamientos es la obra de don Máximo García López, Diario de un Médico, publicado en Madrid en 1847, donde se relatan numerosos episodios de la dura lucha desarrollada en las proximidades de la capital. Por ejemplo, según D. Máximo, salió una partida de 80 ganaderos a caballo de Ciudad Real, al mando de un jefe joven e inexperto, en persecución de la facción, y en Peralvillo, atacados brusca y repentinamente por los insurgentes, fueron acuchillados y muertos casi todos...
De nuevo en 1846 vuelve a avivarse en La Mancha el carlismo en su doble componente, lucha guerrillera y religiosa, pero a diferencia de la primera etapa los cabecillas guerrilleros comenzaron a actuar inmediatamente, sin orden y sin medios suficientes.
Las acciones serán de menor relevancia, abundando especialmente los robos a particulares e instituciones públicas.
En los primeros meses de 1849, un nuevo cabecilla llamado José Sobrino, conocido como El Frailero, natural de Miguelturra, actuó junto con varios hombres más de su partida, por los pueblos de la zona de Calatrava cometiendo robos y todo tipo de excesos.
La tercera guerra carlista se inició el 14 de abril de 1872 y, casi inmediatamente, a mediados de mayo aparecen ya las primeras partidas carlistas en la provincia de Ciudad Real, entre ellas la capitaneada por Ramón Martín, alías Monchito, José Nieto Ruiz, alias Medalla y Manuel Navarro, todos ellos vecinos de Miguelturra, a los que en junio se les unían los cabecillas, también naturales de Miguelturra, Manuel Corral, alias Polilla y José Fernández, alías Rondín. Los cuales cometían pequeños robos para subsistir y poder formar a sus hombres
Miguelturra también fue el escenario de la muerte del cabecilla Feo de Cariño el 9 de septiembre de 1873. Por último, se sabe que una de las últimas actuaciones de estas partidas en Ciudad Real fue la dirigida por Santiago Muñoz, alias Tiraguillo, natural de Miguelturra, quien, aunque se había acogido al indulto, volvía de nuevo a actuar robando varias caballerías.
Si llevamos a cabo un profundo análisis políticosociológico observaremos como, en primer lugar, el carlismo vuelve a reaparecer con gran fuerza en la década de los setenta, una vez que Isabel II había sido desbancada del poder y se sucedían la efímera monarquía de Amadeo de Saboya y la proclamación de la Primera República; y en segundo lugar, fue importante el número de jornaleros y de menestrales que nutrieron las filas de las partidas carlistas, quizá porque acogerse al carlismo era sinónimo de defender la devolución del patrimonio comunal a los ayuntamientos y del restablecimiento del poder económico de la Iglesia, instituciones perjudicadas por la política liberal y los procesos desamortizadores impulsados por la misma.
4 - 5 - Desamortización
Los procesos desamortizadores llevados a cabo en el siglo XIX se mantuvieron ajenos a los intereses de la población castellano-manchega, favoreciendo a los grupos sociales urbanos, los más alejados de las fincas. De este modo, buena parte de la riqueza agraria de Castilla-La Mancha estaba en manos de propietarios foráneos. Por tanto, en 1875 había un fuerte grupo de propietarios de origen burgués, formado por la burguesía madrileña, grandes financieros y comerciantes y profesionales liberales, que se erigirán como los principales contribuyentes que habrían de dirigir los designios de la vida política en la tierra manchega.
Asimismo la desamortización dejó desprovista de bienes comunales y de estructuras gremiales a los campesinos, jornaleros y artesanos, que tuvieron que enfrentarse a unas nuevas relaciones de producción basadas en la explotación de los todopoderosos propietarios agrarios e industriales. Ello fue estableciendo una sociedad clasista marcada por profundas desigualdades sociales, a lo que se sumaba el alto índice de analfabetismo que todavía persistía en la sociedad decimonónica de la provincia de Ciudad Real y de todos sus pueblos.
4 - 6 - Restauración
El 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos proclamó rey de España al príncipe Alfonso de Borbón, hijo de la destronada Isabel II. El artífice de esta restauración fue Antonio Cánovas del Castillo, poniendo en funcionamiento un sistema político sostenido en tres pilares: el turno en el gobierno de los partidos políticos, conservadores y liberales, la Corona y la ausencia de un electorado libre3. La constitución de 1876 dio cuerpo legal a este sistema.
La Restauración también consagró el sistema caciquil. El cacique representaba los intereses del gran terrateniente, generalmente ubicado en Madrid, o él mismo lo era. De él dependía la vida económica del pueblo, el trabajo de los jornaleros y, a veces, hasta los más insignificantes detalles de la vida cotidiana. Era un gran propietario rural que, a la vez, se convertía en auténtico dominador social. Era el encargado de antemano de amañar, con su influencia, los resultados electorales que se deseaban en Madrid. En definitiva, esta región ubicó con facilidad a cuneros diputados; valga como ejemplo esta coplilla de El Diario de la Mancha, 1910:
"Si aspiras a diputado
busca un distrito en la Mancha,
que allí no siendo manchego,
segura tienes el acta"
Observando estos principios políticos establecidos por la Restauración, en la configuración de la nueva relación electoral de la Villa de Miguelturra (sesión extraordinaria del 1 de enero de 1899), para la cual se han tenido en cuenta los repartimientos, matrícula y padrón vecinal, resulta que los cincuenta y seis vecinos que tienen derecho a ser comprendidos en ella son los que figuran en siguiente relación, ya que son los que contribuyen a la Hacienda pública:
1.- D. Bernardino Trujillo Corral; 1.439Ptas.
2.- D. Victoriano Corral Trujillo; 996Ptas.
3.- D. J. Sánchez Belmonte Carrión; 697Ptas.
4.- D. Nicomedes Corral Romero; 693Ptas.
5.- D. José Mora Sánchez; 646Ptas.
6.- D. Rogelio Castellanos Trujillo; 461Ptas.
7.- D. Lorenzo Trujillo Sánchez; 420Ptas.
8.- D. Evaristo Trujillo Corral; 419Ptas.
9.- D. Mariano Moreno Salcedo; 410Ptas.
10.- D. Leocadio Gómez Romero; 400Ptas.
11.- D. José Valero García; 399Ptas.
12.- D. A. Rivas Gómez de Fco.; 380Ptas.
13.- D. Lucas Gómez Romero; 346Ptas.
14.- D. Pedro Díaz Laguna; 340Ptas.
15.- D- Ramón Gómez Rivas; 329Ptas.
16.- D. Valeriano María Martín; 316Ptas.
17.- D. José Antonio Mora Salcedo; 305Ptas.
18.- D. Joaquín Almagro Gómez; 295Ptas.
19.- D. Ramón de la Orden Glez.; 290Ptas.
20.- D. Pablo Gómez Rivas; 285Ptas.
21.- D. Lorenzo Rojas Rivas; 264Ptas.
22.- D. Vicente Fernández Rivas;261Ptas.
23.- D. Antonio Romero Castellanos; 259Ptas.
24.- D. Eladio Sobrino Sánchez; 250Ptas.
25.- D. Sotero Almagro Gomez; 227Ptas.
26.- D. Luciano Cortés Marina; 223Ptas.
27.- D. Leandro Martinez Vera; 218Ptas.
28.- D. Julián Yébenes Tercero; 213Ptas.
29.- D. Ramón Trujillo Gómez; 213Ptas.
30.- D. R. León Rodrigo de Hilario; 212Ptas.
31.- D. José Jurado Cabello; 203Ptas.
32.- D. José García Mancha; 197Ptas.
33.- D. Sergio Arenas Chacón; 196Ptas.
34.- D. Calixto Gómez Romero; 193Ptas.
35.- D. Nemesio Marina Fernández; 190Ptas.
36.- D. Diego Martín Serrano; 190Ptas.
37.- D. José Martín de Lucía Sobrino; 181Ptas.
38.- D. Mauricio Asensio Mohino; 180Ptas.
39.- D. ángel Yébenes Tercero; 179Ptas.
40.- D. José Mora Salcedo; 179Ptas.
41.- D. Fco. Mayorga Calcerrada; 174Ptas.
42.- D. Fausto Romero Cajal;215Ptas.
43.- D. M. Trujillo Sánchez; 169Ptas.
44.- D. Santos Sánchez Buitrago; 169Ptas.
45.- D. Galo Asensio Mohino; 165Ptas.
46.- D. Jerónimo Romero Casado; 161Ptas.
47.- D. Rufo Roldán Nieto; 160Ptas.
48.- D. Estanislao Roldán Mora; 159Ptas.
49.- D. Antonio Corral; 157Ptas.
50.- D. Damián Marina Díaz; 156Ptas.
51.- D. Antonio Ocaña Rojas; 154Ptas.
52.- D. Aureo Serrano Asensio; 153Ptas.
53.- D. Segundo García Almagro; 148Ptas.
54.- D. Olallo Marina Corral; 144Ptas.
55.- D. Miguel Astilleros Muñoz ; 143Ptas.
56.- D. Antolín Serrano Merino; 142Ptas.
* Fuente: Libro de Actas 1898-99. Elaboración propia.
De esos 56 candidatos que componían el censo, fueron elegidos los catorce concejales que configuraban el Ayuntamiento:
D. Manuel Fernández Gómez,
(Alcalde-Presidente).
D. Inocencio Mora Salcedo,
(Primer Teniente de alcalde)
D. Lope Roldán Nieto.
D. Francisco Martín de Lucía.
D. Ignacio Sánchez Belmonte.
D. Claudio Fernández Fernández.
D. Críspulo Díaz Santos.
D. Eufemio Trujillo Gómez.
D. Antonio Conde Trujillo.
D. Antonio Treviño Molina.
D. Agustín Valero Sánchez.
D. Blas Fernández Triguero.
D. Valentín Trujillo Corral.
Secretario del Ayuntamiento:
D. Manuel Marina Beldad.
* D. Inocencio Mora Salcedo fue además diputado provincial, siendo elegido por el distrito de Ciudad Real y representante del partido Conservador durante ocho años, el período comprendido entre 1905-1913, año en el que falleció en Madrid.
él fue el protagonista del inicio de una efeméride importante en la historia de Miguelturra: la llegada de la luz eléctrica. En la sesión ordinaria de 6 de agosto de 1898, la corporación municipal, con D. Inocencio Mora como Alcalde accidental, plantea:
(...) la necesidad que "había de acordar, siempre que resultase ventajoso a los intereses del municipio, establecer en esta población como alumbrado público la luz eléctrica, pues según tenía entendido la diferencia sería muy escasa con relación a su coste, y aún siendo excesivo, siempre había de dar más importancia a la población y proporcionaría unas comodidades, tanto para el vecindario, como también para los particulares a quien le conviniese utilizarlo, dada la proximidad de la capital de la provincia a esta villa, y desde la cual se podría trasladar las corrientes por medio de un cable evitándose otros gastos de mayor cuantía, aunque para esto hubiera necesidad de reducir el número de luces a las que hoy existen.
Este testimonio nos permite poder imaginar como sería el aspecto físico de la Villa, todavía ajena a los progresos del siglo XIX, manteniendo un alumbrado de aceite mineral como combustible del alumbrado público y que era proporcionado por D. Felipe Mora. Asimismo, la situación de las diferentes calles y plazuelas del pueblo tampoco reunía las mejores condiciones. Es frecuente encontrar en los diferentes libros de actas municipales consultados peticiones y solicitudes de arreglos de calles plazas, farolas... Por ejemplo, los vecinos de la Plazuela de Oriente, en agosto de 1898, dirigen una carta al Señor Alcalde en la que piden el arreglo de la misma en virtud del mal estado en que se encuentra, hasta el caso de que en los días de lluvia se hace de todo presto imposible transitar por la misma, efecto de los baches y barrancos que tiene.
Pero los vecinos, solidarios con el mal estado de las arcas municipales, se comprometen ellos mismos al acarreo de piedras y arena, prestando una obrada cada uno con un total de veintitrés jornales, conscientes de no gravar los recursos del municipio que, ya de por sí, son bastante escasos.
Estas dificultades económicas se agravan considerablemente en la última década del siglo XIX. En el acta de sesiones del 3 de septiembre de 1898 consta que se había recibido una comunicación de la Delegación de Hacienda de la provincia, en la que se indicaba la apertura de un expediente de responsabilidad instruido contra el Alcalde y Concejales del pueblo de Miguelturra por débitos de consumos del ejercicio de 1894 a 1895.
Esta penuria económica repercutía en el aspecto de las calles y plazas de la Villa. Es frecuente la protesta de los vecinos por el mal estado de calles, especialmente, se habla del penoso estado de las calles Malpica, Caballeros y Almagro. Los desplazamientos se hacían a través de carruajes, no sólo dentro del pueblo, sino también hacia la capital, donde funcionaba una diligencia tirada por caballos.
Las diferencias sociales también eran una realidad en Miguelturra, desde los pobres de solemnidad, a los que en ciertos momentos socorría el consistorio con una partida dedicada a beneficencia, especialmente en el pago de algunas medicinas, hasta los grandes propietarios, cuya relación hemos visto anteriormente. Diferencias que eran especialmente visibles en el cementerio público católico de la Villa, donde según la nueva normativa de diciembre de 1898, habría una zona para adultos con sepulturas distintas de primera, segunda y tercera clase y pobres de solemnidad, e igual distribución para los párvulos y glorias.
La población de Miguelturra durante el siglo XIX se ha mantenido en unas cifras constantes en torno a los 6.300- 6.400 habitantes.
Resulta también interesante como muestra de la evolución políticosocial del pueblo la presencia de la prensa. Miguelturra contó con varios periódicos en el período comprendido entre 1888 y 1912. En primer lugar apareció el periódico La Juventud Leal (1888), con una periodicidad decenal, que era un periódico carlista seguidor de la línea ideológica integrista de Ramón Nocedal y que dejó de publicarse en 1892; Los Soldados de Cristo (1891), semanario de ideología carlista que, en principio, se comenzó a publicar en Ciudad Real y que, posiblemente, pasó luego a editarse en Miguelturra; El Heraldo de la Mancha (1899); y Vida Labriega, boletín mensual de seis páginas dedicado a la agricultura.
La historia del siglo XIX es un amplio período que encierra diversas etapas, cambios y transformaciones que, observados desde la perspectiva municipal de un pueblo de La Mancha ruralizada y alejada de los principales centros de decisión política y de actividad económica, se ven mucho más lentos y menos profundos. No obstante, el protagonismo de la Villa en los procesos bélicos carlistas pone de manifiesto una gran implicación política por parte de ciertos sectores sociales.
El peso de la tradición, de la tierra, de los poderosos, de la Iglesia, mantendrá, en definitiva, el orden de la vida local aunque se comience a apuntar cierto interés por los nuevos avances y progresos del siglo.
POBLACIÓN DE HECHO EN MIGUELTURRA (1857-1910)
1857.- 6323
1860.- 6746
1877.- 6301
1887.- 6524
1897.- 6634
1900.- 6653
1910.- 6225
5 - Guerra Civil
5 - 1 - Introducción
5 - 2 - Siete días de julio
5 - 3 - Guerra y revolución
5 - 4 - Dificultades
5 - 5 - Bibliografía
La Guerra Civil en Miguelturra (1936 - 1939)
Autores: Francisco Alía Miranda
Esmeralda Muñoz Sánchez
Ilustraciones: José Luis Sobrino Pérez
Fuente: Miguelturra en red, número 2
5 - 1 - Introducción
La Guerra Civil de España constituye un período histórico corto (menos de tres años), cercano, con mucha influencia en las mentalidades y en la vida cotidiana de los españoles de varias generaciones y, sin embargo, es uno de los que peor conocemos. La memoria de la Guerra ha sido silenciada por muchos y manipulada por otros. La historiografía del Franquismo se esforzó en presentar el conflicto no como una guerra civil, entre españoles, sino de buenos españoles contra el comunismo internacional. La mayor parte de las páginas se recreaban en imágenes de muerte y terror, por supuesto sólo en un bando. Mucha bibliografía escrita, pero poco conocimiento científico de lo que sucedió y de porqué sucedió.
Hoy la historiografía ya va superando esas barreras, aún con muchas dificultades, permitiéndonos conocer otra Guerra Civil, la que enfrentó a los españoles, la que no sólo se distinguió por las escenas de violencia, sino la que llevó a cabo una de las más importantes revoluciones de nuestra época contemporánea, basada en las ideas de los principales pensadores de los siglos XIX y XX, en muy pocos casos llevadas a la práctica.
El período de la Guerra no puede ni debe seguir siendo una página en blanco, sobre todo en pequeños escenarios que nos permiten comprenderla en su mayor integridad. Y Miguelturra es adecuado para tal fin, porque nos permite apreciar en una población los problemas políticos y económicos, la difícil marcha de la revolución, los miedos y rencores, en fin, las grandezas y miserias de las personas en un contexto determinado. La comparación con otros pueblos de la provincia y con otras provincias del país, nos facilita la comprensión y explicación de un período tan difícil de entender como proclive a ser silenciado, pero sobre el que es necesario una continua reflexión para superar traumas y temores.
Para lograr este objetivo, se hace imprescindible tener en cuenta el contexto internacional y nacional de la época (auge del fascismo, crisis económica internacional...). Sólo así comprenderemos verdaderamente su significado. En las zonas alejadas de los frentes se mantiene todavía la idea de que no hubo guerra, de que no pasó nada. La guerra, en la retaguardia manchega, no experimentó grandes (ni pequeños) conflictos bélicos, pero la vida cotidiana resulta apasionante. La experiencia vivida durante ese período resulta única e irrepetible. Y de ella se pueden y deben aprender importantes lecciones...
La libertad, la tolerancia y la solidaridad son principios que los españoles de las generaciones actuales no hemos ganado por casualidad. Muchos hombres y mujeres han dado, incluso, su vida por ellos.
5 - 2 - Siete días de julio
En Ciudad Real, a poco de conocerse la noticia de la insurrección del Ejército en Marruecos, en la tarde del 17 de julio de 1936, el gobernador civil de la provincia, Germán Vidal Barreiro, convocó urgentemente a los principales líderes políticos y sindicales del Frente Popular. En la reunión mantenida en el Gobierno Civil le mostraron su solidaridad con la República y su disposición a defenderla con las armas en la mano. No querían perder en unos minutos algo por lo que tantos años habían luchado.
El gobernador decidió conocer rápidamente la opinión de las fuerzas militares. El coronel Salafranca, con su actitud, garantizó la fidelidad de la escasa guarnición militar, más burocrática que castrense. El teniente coronel de la Guardia Civil, Francisco de los Arcos, garantizó la adhesión de sus subordinados a la República. La postura de los jefes militares, junto a las hábiles medidas adoptadas por el gobernador civil, ayudaron a que Ciudad Real permaneciera al lado del Gobierno. Entre esas medidas destacaron dos: la concentración de toda la Guardia Civil de la provincia (900 hombres) en la capital y su traslado a Madrid, y la detención de los jefes y oficiales de la Caja de Reclutamiento, al no confiar demasiado la primera autoridad provincial en las fuerzas a las órdenes de Arcos y Salafranca.
Los escenarios más conocidos habitualmente del estallido de la guerra en la provincia de Ciudad Real han sido el de la propia capital, con el enfrentamiento armado de la Casa de los Corcheros (el domingo 19 se reunieron un grupo de falangistas en la casa de los Mayor Macías; murió Fernando Aguinaco, enviado desde Madrid por Falange para preparar la rebelión; el resto fueron detenidos); el de Puertollano, protagonizado en la madrugada del 18 al 19 por los mineros y la familia de los Cabañero (en el que resultaron muertos Juan Gregorio Cabañero y sus hijos Juan, Fernando y Eugenio, primeras víctimas de la guerra en la provincia, y el joven socialista José Belda); y el de Arenas de San Juan, donde hubo cerca de 50 víctimas.
En esta localidad, el día 23 un nutrido grupo de falangistas, encabezados por el alcalde (Antonio Rincón Torregrosa, militante de Izquierda Republicana, y sobre el cual el Partido Socialista había reclamado al gobernador su destitución), se hicieron fuertes en la plaza del Ayuntamiento con gran cantidad de explosivos y munición. Milicianos de la capital, Villarta, Villarrubia, Puerto Lápice, Manzanares, Alcázar y Daimiel, junto a otros que pasaban accidentalmente procedentes de Madrid, redujeron a los sofocados: 40 muertos por parte de los sublevados y ocho por las milicias.
En el resto de las localidades de la provincia, parece ser también el caso de Miguelturra, los falangistas esperaron pasivamente la adhesión de la Guardia Civil. ésta no sólo no llegó, sino que en la noche del 18 de julio procedió a desarmar a los que se podrían identificar con el golpe de Estado. La actuación de las autoridades municipales tampoco parece, a tenor de la lectura de las actas de las sesiones del Ayuntamiento, muy decidida. En muchas poblaciones, se convocaba urgentemente sesión extraordinaria para condenar la sublevación armada y tomar las medidas más urgentes. En Miguelturra, hasta el 24 de noviembre de 1936 no se reunió la Comisión Gestora "teniendo en cuenta las circunstancias actuales", alegaba el libro de actas municipal. Un gran vacío de poder, que coincidía con el período de mayor vacío legal de la República y el fuerte control de los comités populares, que querían llevar la revolución del pueblo a sus máximos extremos.
En siete días la tranquilidad volvió a la provincia de Ciudad Real. ésta quedó desde los primeros momentos instalada en la retaguardia republicana, alejada de los frentes de batalla. España quedó dividida en dos bandos. En uno, el golpe de Estado había triunfado; en otro, había fracasado. Consecuencia: la guerra había comenzado. El ejército de Franco se impuso como primer objetivo militar la toma de Madrid, y su marcha hacia la capital de la República la emprendió desde el Sur bordeando nuestra provincia. Solamente se acercaron sus cuerpos de ejército a ella por motivos económicos, en busca del mercurio de las minas de Almadén, tan cotizado en tiempos como los que corrían en todo el mundo, por ser un componente básico de los explosivos.
5 - 3 - Guerra y revolución
La guerra se convirtió en revolución en los primeros meses, sobre todo a través de dos ingredientes: la eliminación física de los enemigos de la República y la incautación y colectivización de los medios de producción. Con el primero se intentaba, por una parte, purificar la sociedad, prescindiendo en la nueva de sus "elementos más perjudiciales"; por otra, seguir el ejemplo del resto de poblaciones del bando republicano y de la represión del ejército rebelde, en cuyo recuerdo abundaban los evacuados. En muchos pueblos hemos podido comprobar ésta como causa principal que permanece en el recuerdo para explicar la violencia, como prueban las fechas tardías del comienzo de los asesinatos. En Miguelturra, nos decantamos más por causas internas, como evidencian las muertes tempranas de Santos Rivero Rodrigo (20 de julio) o de Vicente Corral Trujillo y Francisco Corral Gómez (5 de agosto).
No podemos olvidar que la violencia ya había estado presente en la villa en los meses previos a la guerra, particularmente desde las elecciones de febrero de 1936, que había devuelto el gobierno a las izquierdas, gracias al pacto del Frente Popular.
Desde finales de febrero pudieron apreciarse las primeras e importantes disputas políticas, entre la minoría socialista y el grupo de gobierno republicano, girando sobre todo en torno a la construcción del cuartel de la Guardia Civil. Los socialistas pedían que todas las aportaciones municipales, que se estaban realizando a este efecto, cesaran y se dedicaran a la construcción de centros de higiene rural para los pobres o de escuelas para "divulgación de la cultura de que tanto se carece". La crispación política existente en el municipio traía como principal consecuencia la dimisión, el 19 de marzo, del alcaldepresidente de la Comisión Gestora, Eulogio Sánchez Arévalo, de Izquierda Republicana y su relevo por un hombre del Partido Socialista, Francisco García Jurado. Este partido, el gran derrotado de la revolución de octubre de 1934, comenzó pronto en esta población a hacerse con las riendas del poder, poder que no soltó hasta abril de 1939.
Parece ser que el alcalde había dado facilidades en la tramitación de una denuncia "contra uno de los mejores defensores de la República por el hecho de haber quitado a un individuo una insignia fascista" (de Gil Robles) y también por "haber concedido permiso para la celebración de una procesión sin contar con la Gestora", decían las razones expuestas en la sesión municipal. La crispación política se reflejaba también en la vida cotidiana, con brotes de anticlericalismo y de enfrentamientos entre partidarios de distintas ideologías, como reflejaba la prensa provincial (El Pueblo Manchego), porque sobresalían en la ya de por sí nada apacible vida política provincial. El 25 de mayo, en un enfrentamiento, resultó herido de gravedad por arma blanca el socialista Félix Sobrino Antequera. Como represalia, un grupo de exaltados hizo cundir el pánico en la villa, incendiando el coche del médico, entre otros actos.
El 13 de junio se solicitaba al alcaldepresidente el inicio de las gestiones pertinentes para conseguir la supresión del Colegio de las Monjas, "pues la educación que allí se da dice poco en beneficio del Régimen". El ambiente se iba caldeando. El 5 de julio, los falangistas Alfonso López y Francisco León entraron en el Casino, realizando varios disparos. Resultaron heridos leve Antonio Naranjo y Gonzalo Arévalo. Como represalia, fue atacado con arma larga el joven falangista Claudio Fernández, que falleció pocas horas después. Los dos provocadores que iniciaron los altercados fueron perseguidos en su huida hacia Ciudad Real, disparando Francisco León contra el socialista Antonio Estrada, al que ocasionó la muerte.
En Miguelturra, el índice de muertos durante la guerra se sitúa entre los más altos de la provincia, con un 0,61% de la población (tomando los 43 muertos que nos aparecen en un pequeño libro homenaje a todos los denominados caídos de la provincia1 entre los que figuran diversos muertos en otros lugares o en acción de combate en 1937 y la población de Miguelturra del censo de 1930, 6.974 habitantes), cuando la media provincial se situaba en el 0,45%. En la denominada Cruz de los Caídos, actualmente en el Cementerio, figura la misma relación. Según otras fuentes, los muertos fueron 372. Entre ellos podemos citar a Damián Corral Trujillo, jefe de Falange Española; Francisco León López, jefe de las milicias falangistas (protagonista de los sucesos del 5 de julio); Adán Nieto Rodrigo, secretario de Falange; Emilio Marina Rivas, presidente de Acción Popular; e Inocencio García Alcázar, secretario de la misma organización. Catorce de los asesinados lo fueron en el tristemente célebre cementerio de Carrión de Calatrava. En su interior había quedado un pozo de una noria, lugar escogido para ejecutar y arrojar a unas 600 personas de la capital y pueblos de alrededor.
Con el otro componente de la revolución, la incautación y colectivización de los medios de producción, se pretendía acabar con la esencia del sistema liberal capitalista: la propiedad privada. En los primeros meses de guerra se procedió a incautar los bienes de los considerados desafectos del régimen. Según datos del Catastro en 31 de diciembre de 1930, el término municipal de Miguelturra comprendía un total de 11.705 hectáreas, y sólo cinco fincas ocupaban más del 25% (3.012 has.). En general, la tierra y la riqueza se hallaba aquí más repartida que en la mayor parte del territorio provincial. De un total de 1.105 propietarios, sólo siete eran considerados grandes contribuyentes, con cuotas mayores de 5.000 pesetas (el 19,55% del total de la riqueza).
Durante la II República se puso en marcha la Ley de Reforma Agraria (1932). Sobre un total de 1.917.524 hectáreas catastradas en la provincia, el Registro de la Propiedad Expropiable arrojaba un total de 296.293,41 hectáreas (15,45%), fundamentalmente latifundios y fincas propiedad de la nobleza. Entre ellas figuraban 2.823 has. del marqués de Huétor de Santillán en Miguelturra. Estas fueron de las primeras tierras incautadas durante la guerra3. El 17 de agosto de 1936, el Comité de Defensa (presidido por Ramón León Nieto) procedía a la incautación de las principales fincas del marqués: "Las Alvarizas", "Lomas", "Peñas Blancas", "Las Navas" y "Lagunillas". Entre el 19 de agosto y el 10 de septiembre tocaba el turno a otros propietarios: la esposa de Luis Barreda, Concepción (con la finca "Peralvillo Alto y Bajo", de 127,5 fanegas, incluida la casa con cuadras y la alameda con árboles blancos); al Obispado de Ciudad Real y Capellanías (con las fincas "Carril de los Machos", "Carril de la Dehesilla Nueva", y pedazos situados en Peralvillo Alto y Bajo y Dehesa Carrascal de Peralvillo, con un total de 208 fanegas); a Valentín Martín Mero (con "Plantío del Majano" y "Plantío de la Dehesa Carrascal de Peralvillo", de 25 fanegas, además de la casa y bodega); a los herederos de José Mulleras García (con "Batanejo" y "Puente de Nolaya", de 555,5 fanegas); a Zoilo Peco Rodríguez (con 17,5 fanegas en la Dehesilla Carrascal); a Valentín Martín Mero (con "Dehesilla de Peralvillo"); a Jerónimo y Ascensión León Martín de Lucía (con 92 pedazos repartidos entre Miguelturra, Ciudad Real, Pozuelo y Fernancaballero); a Javier Romero Rodrigo y esposa (con 50 pedazos de 136 fanegas repartidas entre Miguelturra y Pozuelo, más 300 fanegas de cebada, 110 de trigo, 4 arados, 4 trillos, 3 carros de labor y arreos, 1 aventadora y 8 mulas); a Eugenio Ruiz Mero (con 12 fanegas en la Dehesilla Carrascal); a Eugenio Ruiz Torroba (con 21 fanegas en el mismo lugar); a Sotero Ruiz Torroba (con 49,5 fanegas repartidas entre en el mismo sitio más fincas "Los Arenales", "Tomillo" y "Fuente de las Plazas"); a Francisco Ruiz Valencia (con 18 fanegas en la misma Dehesa); y a Pedro Salmerón Rodríguez (con 3,5 fanegas en el mismo lugar).
El resto de fincas fueron incautadas, entre el 8 y el 20 de agosto del 36, por la Sociedad Filial de Trabajadores de la Tierra, presidida por Santiago Sánchez Santos. Entre los propietarios expropiados podemos mencionar a Delfín Sobrino Naranjo, Alfonsa Rivas Nieto, ángel García González, Emiliana Crespo Quintana, Viuda de Francisco Trujillo Rivas, Francisco Castellanos Trujillo y Antonio Fernández Guerrero.
El Instituto de Reforma Agraria puso a disposición de los campesinos de todo el territorio republicano más de 5,4 millones de hectáreas expropiadas por motivos políticos, por razones de utilidad social o por ocupación provisional de los campesinos.
Hasta agosto de 1938, Ciudad Real alcanzó el total más alto de hectáreas expropiadas a nivel provincial: 1.086.925, lo que representaba un 56% de su superficie. Y, además, fue una de las provincias en que hubo una mayor extensión de hectáreas colectivizadas: 1.002.615 (52%), prácticamente el total de tierras expropiadas (92%). La UGT fue el sindicato con más peso en el proceso colectivizador. El total de colectividades legalmente reconocidas por el Instituto de Reforma Agraria fue, a lo largo de toda la guerra, de 181: 112 de la UGT, 45 de la CNT y 24 mixtas. En Miguelturra no tenemos constancia de ninguna colectividad anarquista y sí de dos del sindicato socialista: las conocidas como Filial Grande y Filial Chica, que explotaron de forma colectiva todas las tierras de la localidad, aún con muchas dificultades, sobre todo debidas a la falta de mano de obra especializada. Sólo la UGT, según informes propios, tenía en el frente en 1937 a 400 hombres. La contribución de la mujer en esta revolución colectiva parece determinante.
El proceso incautador y colectivizador no se dio de forma tan generalizada en el comercio e industria, aunque esta era escasa. Parece que en este terreno las tesis del Partido Comunista, defensor de la pequeña propiedad individual, ganaron a las anarquistas y socialistas. En 1938 sabemos de la venta de carne por dos carniceros propietarios. En enero de 1939 tenemos constancia de la fabricación de aceite en el molino por pequeños propietarios y arrendatarios.
Entre las colectivizaciones socialistas, podemos destacar la de la bodega de Vicente Corral Trujillo, situada en el número 2 de la calle Venancio Payo, incautada por la Filial el 20 de agosto de 1936, con 7.000 arrobas de vino, una pisadora, una prensa, una bomba y un carretón. Las fábricas y hornos de pan, según informe de enero de 1937 de la Sección de Oficios Pastores y Lecheros de Miguelturra de la UGT, estaban controladas por esta organización4. La Fábrica de Harinas de la localidad (propiedad hasta la guerra de Justo Fernández), fue intervenida por el Ayuntamiento en abril de 1938 para garantizar el suministro equitativo a la población.
VÍCTIMAS DE LA GUERRA EN MIGUELTURRA
Ángel Almagro Gómez Higinio Barahona López
Damián Corral Trujillo Miguel Corral León
Isaías Díaz-Santos López Claudio Fernández López
Miguel Fernández Salcedo Guzmán García Jurado
Inocencio García Alcázar Ramón Gómez Martín de Lucía
Gregorio Illescas Castellanos Felipe León Castellanos
Alfonso López Muñoz Emilio Marina Rivas
Isaías Moraga Martín Pablo Muñoz Rodrigo
Manuel Nieto Cañas Nicolás Ramos Molina
Joaquín Roldán Fernández Conrado Romero Asensio
Francisco Tapiador-Laguna Justo Arévalo Mora
Ramón Barahona López Francisco Corral Gómez
Vicente Corral Trujillo Agapito Fernández Hervás
Gregorio Fernández Sancho Nicasio Fernández Muñoz
Ignacio García Sánchez Augusto Gascón Muñoz
Benjamín Hervás Yébenes Baldomero León García
Francisco León López Francisco López Muñoz
Andrés de Mora Trujillo Francisco Muñoz Arévalo
Adán Nieto Rodrigo Purificación Ramírez García Mancha
Santos Rivero Rodrigo Moisés Romero Rodrigo
Manases Sánchez Díaz José Vázquez Folguera
Fuente: Caídos por Dios y por España... y Cruz de los caídos.
ALCALDES DE LA GUERRA
Nombre y apellidos Fecha de toma de posesión
Antonio Hervás Blanco 19 Mayo de 1936
Porfirio Martínez Ferreyol 24 noviembre de 1936
Francisco García Jurado 17 Diciembre de 1936
José Sánchez López 25 Julio de 1938
Jesús Martín Arenas 10 Noviembre de 1938
5 - 4 - Dificultades
Como a otros muchos pueblos de la retaguardia republicana, a Miguelturra se exigió desde el principio un esfuerzo especial para apoyar los objetivos militares y políticos de la República. éste consistía, por un lado, en formar e instruir a los soldados antes de partir al frente; por otro, en ofrecer excedentes agrícolas al gobierno de la República para contribuir al sostenimiento de sus ejércitos y milicias.
Para la movilización de los jóvenes soldados, se estableció en la capital de la provincia el CRIM número 3, a las órdenes del coronel Julio Mangada. De él dependían tres Acantonamientos, donde se preparaban e instruían estos soldados antes de su encuadramiento militar: el A, en Torralba de Calatrava; el B, en Miguelturra; y el D, en Carrión de Calatrava. Parece ser que el Acantonamiento B tuvo su sede en la ermita de la Virgen de la Estrella. Además, Miguelturra dispuso de una Clínica u Hospital de Sangre del Socorro Rojo Internacional (SRI), dedicado a la curación de los soldados y milicianos heridos en los frentes.
La gran cantidad de soldados que transitaban la villa, unido a los importantes contingentes de evacuados y refugiados y a las malas condiciones de producción ya comentadas, hicieron que la vida cotidiana se fuera haciendo cada vez más dura e insoportable, apareciendo componentes típicos de los años de guerra como la subida desorbitada de precios, la falta de moneda y la escasez de alimentos y artículos de primera necesidad o, lo que llegó a ser con el paso del tiempo, el hambre, aunque ésta estaría más agravada aún en la posguerra.
También llegaron los roces continuos entre colectivos sociales tan dispares, quizá por esa escasez de recursos y exceso de población. Por ejemplo, en marzo de 1937 se presentaba una petición al Ayuntamiento para que tomaran medidas ante los "desmanes de los soldados o milicianos residentes en Ciudad Real, como cachear a varios vecinos y acosar a las mujeres en la vía pública". En julio de 1937, la Corporación Municipal pedía que cada vecino barriera la calle en la parte que comprendiera su domicilio, por la suciedad reinante en la localidad. Un concejal solicitaba que en la vía pública se invirtiera a los evacuados para barrerlas. Con posterioridad, exigían a éstos limpiar las alcantarillas, llenas de lodo, por bien de la salud pública. Ante la negativa de este colectivo, apoyada por el Comité de Refugiados, el Ayuntamiento decidió no suministrar alimentos ni la ayuda económica que percibían, a través del comité mencionado, a los que no colaboraran en dichos trabajos.
En un primer momento de guerra todo era entusiasmo, y este se traducía en continuas aportaciones y actos públicos a favor de las milicias populares y de las instituciones benéficas, como el SRI. Conforme pasaba el tiempo, las cosas empezaron a cambiar. El entusiasmo se iba convirtiendo en pesimismo. Las sobras, en escasez. Se pasó de la entrega de productos a las autoridades militares y la venta a otras poblaciones cercanas, sobre todo Ciudad Real, a conformarse con la autosuficiencia. Y en algunos artículos, ni eso.
Lo primero que faltó fue el propio dinero, lo que hizo peligrar el comercio y la producción, sobre todo la elaboración del aceite, principal fuente de riqueza de la localidad. El Ayuntamiento acordó, el 7 de enero de 1937, suscribir un préstamo con el Sindicato Agrícola Local por 150.000 pesetas que permitiera comprar toda la aceituna para proceder a su elaboración, ante la falta de moneda que impedía a los cosecheros locales el pago de los jornales necesarios. Además, para facilitar el intercambio, ante la falta de moneda fraccionaria, el 25 de mayo del mismo año se acordó emitir vales de cartón: 4.000 vales de 0,25; 2.000 de 0,50; y 2.000 de 1 peseta. Era una medida general de la mayor parte de municipios de la provincia, aunque aquí llegó de forma más temprana.
También llegó a Miguelturra, a finales de abril de 1937, otro componente básico de la guerra: la cartilla de abastecimientos, por la que se racionaba el suministro diario de diversos artículos, como el pan, la carne, las patatas, el aceite o el tabaco, evitando el acaparamiento y favoreciendo la igualdad ante la necesidad más elemental. Todo un síntoma de la insuficiencia de algunos artículos básicos de la subsistencia o de la necesidad de racionalizar el uso de los sobrantes, para lograr, con su intercambio, materias primas con que elaborar los primeros.
El aceite y las patatas fueron los principales artículos que emplearon los miguelturreños en el intercambio para conseguir otros que pronto faltaron de la vida cotidiana, como la sosa, imprescindible para la elaboración de jabón (la fábrica de jabón estaba en la calle Indalecio Prieto, antes Oriente), y el trigo, componente básico del pan. En junio de 1938, para evitar que se prescindiera de un artículo tan básico en la alimentación como el pan, se mezcló el trigo con cebada. Las quejas del mal sabor del pan fueron por tal motivo tan frecuentes, que las autoridades municipales decidieron prohibir tal mezcla. El pan ganó en calidad... pero perdió en cantidad. A finales de noviembre eran cada vez más frecuentes los días sin pan, y cuando lo había, las colas para abastecerse eran tan largas, que a muchos se les quitaban las ganas de comerlo. Aunque no había más remedio, pues otros artículos eran, cuanto menos, igual de exóticos, como decía una copla tradicional, muy oída por estos años:
"Si tuviéramos pimiento,
aceite, vinagre y sal,
haríamos un gazpacho;
¡pero no tenemos pan!"
La situación parece que se remedió para casi todo el invierno por el cambio de 20.000 kilos de trigo por patatas, al pueblo de Abenójar, acordado en la sesión municipal del 25 de noviembre de 1938.
Debía escasear hasta el agua. En julio de 1937 un concejal rogaba a la presidencia "que se haga una visita de inspección en las Escuelas Nacionales de niños, pues según informes que tengo a los niños no se les da agua ni se les deja pasar a los urinarios para hacer sus precisas necesidades, dándose el caso de que algunos niños se ensucian en los pantalones". En marzo de 1938 volvía a plantearse la misma problemática en el Ayuntamiento, ante la insuficiencia del agua que traían los cuberos desde La Serna. El 15 de abril se acordaba traer agua también de Ciudad Real, con nuevos cuberos "voluntarios" que "dejarán a cada vecino dos cántaros de agua".
Así, entre necesidades, desmoralización, enfrentamientos políticos cada vez más palpables entre las fuerzas políticas y sindicales de izquierda, fueron trascurriendo los largos y crudos días del invierno de 1938/39... Hasta que llegó el final de la guerra, las fuerzas militares del Ejército de Ocupación (28/29 de marzo de 1939) y la dura y duradera posguerra. Más hambre, más muertes...
EJECUTADOS DE MIGUELTURRA EN LA POSGUERRA (1939-1943)
Apellidos y Nombre Edad Fecha de defunción
Arenas de León, Paz 35 23-06-1940
Cano Céspedes, Ramón 28 25-05-1939
Casa González, Florencio 34 25-05-1939
Díaz Rodríguez, José 23 25-05-1939
Donate González, Felipe 26 25-05-1939
Estrada Benito, Rafael 23 26-07-1939
Fernández Benito, Alfonso 25 25-05-1939
García Ballesteros, Manuel 31 25-05-1939
González Jurado, Lorenzo 41 25-06-1939
Hervás Blanco, Antonio 49 25-05-1939
Hervás Fernández, Antonio 20 26-07-1939
León Galán, José 24 13-11-1940
León Hervás, José 33 12-03-1943
León López, Leandro 35 25-05-1939
León Nieto, Manuel 30 25-05-1939
León Nieto, Ramón 37 25-05-1939
Martín Serrano, Julián 37 25-05-1939
Martín Gallego, Victoriano 31 25-05-1939
Molina Sánchez, Jesús 29 25-05-1939
Muñoz Cañas, Juan José 58 08-04-1943
Muñoz Moreno, Wignerto 31 25-05-1939
Naranjo López, Juan 34 20-06-1942
Pérez Naranjo, Antonio 28 26-06-1940
Planas Naranjo, José María 35 25-05-1939
Ramos Delgado, Bernardo 21 26-06-1940
Segura Nieto, Luis 22 25-05-1939
Serrano del Río, Emilio 19 25-05-1939
Serrano Díaz, Julián Trinidad 28 29-05-1943
5 - 5 - Bibliografía
1 Caídos por Dios y por España de la provincia de Ciudad Real. Ciudad Real, s.a. (hacia 1940-41).
2 Archivo Histórico Nacional, Causa General de la Provincia de Ciudad Real, Pieza Principal, Caja 1.027.
3 Toda la información de este proceso incautador procede de los expedientes conservados en el Archivo Municipal de Miguelturra.
4 Fundación Pablo Iglesias, Archivo de la UGT, AH-35-12. Según el Anuario General de España "Bailly-Bailliere-Riera" de 1936, las panaderías existentes en la villa en enero de ese año eran las de Hijos de J. Ayala, Carmelo Madrid, Lorenzo Morales, Manuel Rivas, Dámaso Sánchez, Deogracias Sánchez, Mariano Sánchez y viuda de Román Sánchez.
6 - Historia contemporánea
6 - 1 - Introducción
6 - 2 - Olvido
6 - 3 - Desde finales del siglo XIX
6 - 4 - Éxodo
6 - 5 - Resurgimiento
Castilla-La Mancha contemporánea
Autores: Isidro Sánchez Sánchez
Ilustraciones: Dibujos Ortega
Fuente: Miguelturra en red, número 2
6 - 1 - Introducción
Parece razonable y conveniente enmarcar la visión histórica de Miguelturra que ahora se presenta en esta estupenda revista, gracias a una interesante iniciativa, en su ámbito natural, en el devenir histórico contemporáneo de la región de Castilla-La Mancha.
Muchas cosas han cambiado, afortunadamente, en las últimas dos décadas en la región y, aunque persisten problemas, resulta evidente la mejora en todos los ámbitos. Pero lo que interesa resaltar al enfrentarnos con nuestra historia de los siglos XIX y XX es el cambio de tendencia, la especie de resurgimiento, que con la formación de nuestra Comunidad Autónoma al amparo de la Constitución de 1978, se produce respecto a una situación caracterizada en gran medida por dos palabras: el olvido y el éxodo.
Ese cambio es bien visible en la región, repito, a pesar de la pervivencia de problemas, aunque algunos sectores políticos no lo quieran reconocer. Miguelturra, población rural y tradicionalmente subsumida en el sector primario puede simbolizar muy bien los avances acaecidos. El importante crecimiento de población (más del cuarenta por ciento en la última década), la positiva evolución económica, el espectacular aumento de las actividades culturales, la preocupación medioambiental, el desarrollo urbanístico, la dotación de servicios, el desarrollo de importantes proyectos (parque industrial, magnetita, aro...), que están colocando a la localidad en sintonía con la revolución científico-técnica y la sociedad de las comunicaciones, son evidentes exponentes de los significativos e importantes cambios positivos que han tenido lugar.
6 - 2 - Olvido
La revolución liberal marcó decisivamente la orientación de nuestra región en los siglos XIX y XX, en la época contemporánea. Sus tierras serían ejemplo de un espacio eminentemente agrícola, poco poblado, mal comunicado, a pesar de ser cruzado por las principales vías del país, pésimamente dotado de servicios y con una clara incapacidad para adaptarse a los nuevos tiempos. En suma, sería el ejemplo de región pobre, desvertebrada, poco desarrollada, dependiente y subordinada política, social y económicamente a intereses demasiadas veces ajenos a ella. Con esas características ha resultado relativamente fácil olvidar a esta región durante mucho tiempo ángel Ramón del Valle Calzado ha estudiado los procesos de desamortización y sus trabajos muestran cómo en las provincias de Albacete, Ciudad Real, Guadalajara y Toledo, con la excepción de Cuenca, un reducido número de miembros de la burguesía madrileña adquirió la mayor parte de la superficie, mientras que un gran número de compradores, generalmente de las capitales de provincia y las poblaciones más importantes de la región, controlaron muy poca extensión de tierra.
Esa burguesía absentista no ayudó a superar el olvido. Por el contrario, en la mayor parte de las ocasiones colaboró en la formación de un tejido de redes caciquiles que consiguieron la subordinación política de la población y, consecuentemente, su dependencia social y económica.
6 - 3 - Desde finales del siglo XIX
La presión de las guerras coloniales en los amenes de la centuria decimonónica sobre la población la sufrían principalmente los desfavorecidos, los más pobres. Las zonas rurales más deprimidas, como nuestras provincias, fueron los principales graneros que sirvieron para nutrir el esfuerzo recolector de mozos de la Administración, cuyo objetivo era formar un ejército que sirviera para defender meros intereses privados muchas veces enmascarados como nacionales. Ello, unido a la crisis agrícola y a otros factores, produjo el descontento generalizado.
En la región, la situación fue tan delicada que llegó el estallido social, con el desarrollo de motines de subsistencia por doquier en aquel lejano 1898. Fue quizá un primer momento, ahogado con rapidez por las autoridades, de lucha contra el olvido. Era la respuesta posible en aquellos años, dada la escasa articulación social en general y del movimiento obrero en particular, como ha estudiado, Rafael Villena Espinosa.
En los lustros finales del XIX y los primeros del XX, hubo un importante desarrollo del sector vinícola que mejoró algo la situación económica y social. Mas, a pesar de ello, la situación de las clases más pobres siguió siendo muy mala y el recurso a los motines fue la forma de luchar contra el olvido. Periódicamente, se producían motines que, en la mayoría de las ocasiones, no servían más que para mostrar la desesperación e impotencia de una población con ínfimas condiciones de vida. Los historiadores cada vez los están describiendo en mayor cantidad, pero se puede recordar sólo el de Tarancón, en abril de 1919, cuando la intervención de la fuerza armada causó la muerte de nueve personas, una de ellas guardia municipal, y heridas a una veintena más.
La guerra de Marruecos seguía desangrando a los sectores más pobres del país y la Dictadura de Primo de Rivera al menos acabó con aquella pesadilla. Durante aquellos años, además, la crisis, como resultado de la filoxera, llegó también al sector vinícola de la región, lo que supuso un empeoramiento de la situación social.
La proclamación de la Segunda República creó unas lógicas expectativas iniciales. Lo que María Paz Ladrón de Guevara ha llamado la esperanza republicana derivó, a pesar de las indudables realizaciones, hacia una sensación, una vez más, de impotencia, incluso, como ha recordado ángel Luis López Villaverde, en la "Covadonga del resurgimiento derechista español", es decir, en Cuenca.
Después, tras la insurrección militar llegó la guerra civil, que posibilitó en pocos días, según han estudiado Francisco Alía y Manuel Requena, lo que los sectores sociales más desfavorecidos esperaron durante muchos años: la revolución económica y social. Así, como muestra más llamativa, las colectividades de servicios, industriales y, sobre todo agrarias, se extendieron por toda la región potenciadas por UGT y CNT.
6 - 4 - Éxodo
Pero sólo fue como un espejismo. El triunfo nacionalista en la guerra civil, que permitió hacer tabla rasa con el pasado más próximo, dio paso a un largo período dictatorial presidido por el general Franco y que tuvo para nuestra región unas especiales repercusiones negativas. Llegó durante una larga posguerra el hambre y la feroz represión desencadenada contra componentes de los partidos de izquierda y de los sindicatos.
La posguerra representó en ella, como ha escrito Manuel Ortiz Heras, una homogeneización en negativo. Todos los indicadores muestran el considerable retroceso que conocieron nuestras cinco provincias respecto a la media nacional. Los prebostes de la Dictadura consiguieron, con su actuación, incrementar los desequilibrios regionales. Era la época de las "fidelidades inquebrantables", de los poderes absolutos, de la represión generalizada y, además, en el caso de nuestra región, llovía sobre mojado. La consecuencia no podía ser más que el éxodo, que también retratara el pintor José Ortega, sobre todo durante las décadas de los cincuenta y los sesenta. La incidencia negativa del flujo migratorio se hizo sentir en toda la región, aunque más intensamente en Cuenca y Guadalajara.
No se trata ahora de ofrecer más cifras, pero la baja del porcentaje que significaba la población regional respecto al total nacional resulta suficientemente ilustrativo sobre la cuestión. En 1950 era del 7,21 por ciento y en 1981 se había reducido hasta el 4,31. Las personas que emigraron sumaron cifras escalofriantes y dirigieron sus pasos principalmente hacia la Comunidad Valenciana, Madrid o Cataluña. Además, los que se marchaban eran en gran medida los jóvenes, los que tenían mayor capacidad para trabajar y procrear, los que mayores posibilidades tenían de iniciar proyectos o cambiar situaciones.
Saldos migratorios por provincias y décadas>(1941-1980)
PROVINCIAS 1941 - 1950 1951 - 1960 1961 - 1970 1971 - 1980 1941 - 1980
Albacete -21.100 -74.200 -83.900 -30.900 -210.100
Ciudad Real -19.900 -63.200 -142.000 -68.600 -293.700
Cuenca -30.500 -57.900 -92.000 -39.900 -220.300
Guadalajara -14.400 -34.400 -42.900 -9.700 -101.400
Toledo -9.700 -64.400 -97.600 -30.600 -202.300
Castilla-La Mancha -95.600 -294.100 -458.400 -179.700 -1.027.800
6 - 5 - Resurgimiento
Nuestra Constitución de 1978 posibilitó, gracias a su título VIII, la constitución de Castilla-La Mancha como preautonomía primero y después como comunidad autónoma tras la aprobación de su Estatuto en 1982. Han pasado ya casi veinticuatro años de la aprobación de la Constitución y cerca de veinte desde que se sancionó el Estatuto de Autonomía, y seguimos el camino entre las esperanzas y las dificultades. Incluso la identidad regional, lógica y prácticamente inexistente a comienzos de los ochenta, se ha incrementado de manera considerable.
La evolución desde entonces puede ser considerada como positiva, con logros importantes en todos los sectores, achacables, sin duda, a los habitantes de la región. Frente a los detractores a ultranza de ese desarrollo, a los que consideran que todo va mal, a los nostálgicos del pasado, que para la región fue de olvido y éxodo, hay que decir que en Castilla-La Mancha siguen existiendo problemas, qué duda cabe, pero también que se han cumplido objetivos imprescindibles y se han conseguido avances importantes.
Es la vivificación que se extiende por su tierras. Es la savia que vuelve a correr por unos conductos que el tiempo había obturado en muchos casos. Es la sangre, cauterizadas las heridas del olvido, que vuelve a fluir por las venas de una región que ha visto invertirse la tendencia. Afortunadamente, ha llegado para estas tierras, gracias a la acción de sus habitantes, la renovación, el retoñecer, el renacimiento, la regeneración, el resurgimiento.
Autora: Concepción García López
Fuente: Miguelturra en red, número 2.
A lo largo de la historia, el municipio de Miguelturra ha ido creciendo horizontalmente en torno al núcleo medieval originario. Esta expansión espontánea se había ido produciendo de forma orgánica en el pasado, mientras que actualmente el crecimiento urbano se desarrolla de acuerdo con una planificación previa. La tendencia más marcada consiste en apoyar la realización de nuevas construcciones que bordeen longitudinalmente los caminos radiales que parten de la primaria orla urbana.
Para tener una buena información de los distintos estados de expansión del casco urbano a través del tiempo, es necesario contar con documentación gráfica de cada época, pero ésta es prácticamente inexistente. Los primeros planos a escala con que se cuenta en los archivos municipales son de fecha de 1970 y el nivel de detalle es muy básico.
No obstante, si se observan bien, se pueden deducir los límites del que podría ser el primer núcleo inicial y se puede apreciar que, salvo la Parroquia, las demás iglesias existentes quedarían en situación de extramuros. La Ermita del Cristo se encuentra en el límite, puesto que su construcción se habría realizado en el lugar donde se supone que estaba ubicada la torre vigía de la primera cerca. Por su parte, el resto de construcciones religiosas se encontraban a cierta distancia de la antigua muralla. Morfológicamente, son, a su vez, la contención de la segunda fase de crecimiento. También algunos elementos topográficos, como la charca del Terrero en la zona norte, supondrían un freno al crecimiento. La superficie aproximada del núcleo medieval primario, tal como queda delimitado, sería de unos 172.071 metros cuadrados, pero se trata de una aproximación, no de datos exactos.
Antes de 1989, sólo existía para controlar el crecimiento urbano una figura de planeamiento denominada Proyecto de Delimitación de Suelo Urbano. En él, se marcan los límites entre lo que era suelo urbano y suelo rústico. No existía el concepto de suelo urbanizable, como reserva de suelo destinada al crecimiento. Por eso, la morfología de esa etapa de crecimiento es más heterogénea e irregular.
El urbanismo se limitaba entonces a la creación de infraestructuras básicas de saneamiento y suministro de agua potable y alumbrado, así como a la pavimentación de calles, algunas de nueva apertura. Este tipo de intervención urbanística empieza a producirse en torno al año 1975. Es en este periodo cuando se empiezan a urbanizar los antiguos fondos de manzana o "huertos" y a construirse viviendas en ellos.
Hasta el año 1988, aproximadamente, el suelo urbano de Miguelturra abarcaba una superficie de 1.130.576 metros cuadrados. De esta superficie, el primer núcleo de vivienda unifamiliar aislada, la denominada "Urbanización La Estrella", comprende un área de unos 75.254 metros cuadrados (incluidos en el dato anterior).
En el año 1989 se aprobaron las primeras nuevas superficies, lo que supone el inicio del primer crecimiento urbano efectuado mediante un planeamiento previo. La ejecución de sus previsiones supuso el aumento de una superficie de 511.081 metros cuadrados de suelo urbano, prácticamente un 50 por ciento más que el existente anteriormente.
Con respecto al planeamiento vigente en la actualidad, se plasma en las nuevas superficies aprobadas en abril de 1994. El suelo urbanizable que existía en sus previsiones, se encuentra prácticamente agotado. De todos los sectores de suelo urbanizable previstos en dichas nuevas superficies, sólo se encuentran sin realizar dos de ellos: el sector SU-1, de suelo residencial, en torno al Camino de Peralvillo, y el sector SU-10, de suelo industrial.
De los demás sectores, el SU-5, se encuentra ya urbanizado y forma parte del suelo urbano. Tiene una superficie de 36.340 metros cuadrados y es residencial. El sector SU-9 es nuestro nuevo polígono industrial de reciente construcción. Cuenta con una superficie de 81.780 metros cuadrados y ya comienza a proliferar la construcción de naves en el mismo. Los sectores SU-7 y SU-8, residenciales, se están ejecutando a la par y cuentan con una superficie de 80.140 metros cuadrados y 82.440 metros cuadrados, respectivamente. El sector, también residencial, SU-3-4-6, tiene una extensión de 201.000 metros cuadrados y cerrará, con su inminente construcción, todo el borde norte del casco urbano, hasta la línea del ferrocarril. El sector SU-2, industrial, se encuentra prácticamente terminado. Abarca 55.080 metros cuadrados y es la prolongación del Polígono Industrial existente, denominado "La Estrella".
Todos estos sectores suponen un incremento en la superficie del casco urbano de 536.780 metros cuadrados, por tanto, éste pronto alcanzará la cifra de 2.178.437 metros cuadrados. En reserva, quedan el sector industrial SU-10 con 70.300 metros cuadrados y el residencial SU-1 (Camino de Peralvillo), con 287.800 metros cuadrados, hasta la aprobación del nuevo Plan de Ordenación Municipal (POM), que ya se está elaborando en la actualidad debido a la intensa dinámica de crecimiento que está experimentando nuestro municipio.
*********** quizás este texto lo borro dado que se supone que debe aparecer antes de los acordeones ***********
cosas que falta por hacer en cada uno de los acordeones:
- 1 - insertar las imágenes, que las escanearé del Miguelturra en Red número 2 que tengo en la oficina.
- 2 - incluir una tabla que hay en el acordeón 1.
- 3 - convertir en tablas aquellas listas de información susceptibles de ser tablas, que hay varias en cada acordeón.
- 4 - separar los párrafos que algunos no tienen un salto de párrafo bien visible.
- 5 - revisar por segunda vez la ortografía.
A continuación y a través de los siguientes menús desplegables puede consultar la historia de Miguelturra desglosado en los siguientes puntos:
1 - Antes de que existiera.
2 - Batalla de Malas Tardes.
3 - Una villa calatrava.
4 - Guerras Carlistas.
5 - Guerra Civil.
6 - Historia contemporánea.
7 - Crecimiento urbano.